Carla Laneri: “El teatro siempre es con el otro”
La actriz protagonizará el unipersonal “Hilda, recuerdos de mi escuela” en el Teatro Universidad. Se refirió a la construcción del espectáculo, que fusiona ficción y realidad. Las características del unipersonal y el importante rol de los docentes en la sociedad.
El sábado 30 de septiembre por la noche habrá clases, pero no serán en la escuela sino en el Teatro Universidad (Florencio Varela 1.903, San Justo). Allí se hará presente Carla Laneri, quien interpretará a Hilda -la popular maestra de cuarto grado nacida en las redes sociales- en el marco del unipersonal Hilda, recuerdos de mi escuela.
Con su creatividad, desfachatez y dulzura, la docente brindará una inolvidable lección de humor que incluirá un repaso por las anécdotas escolares más divertidas del diario íntimo de la actriz que se oculta detrás del personaje. Es decir, realidad y ficción se mezclarán a través de historias vinculadas a la niñez, la adolescencia, la inocencia, la rebeldía, la ternura, y un poco de locura.
Las entradas para el espectáculo pueden adquirirse tanto en la boletería del auditorio de la Universidad Nacional de La Matanza (lunes a viernes de 11 a 21, sábados, domingos y feriados de 15 a 21) como en el sitio web Ticketek.
- Es tu tercer espectáculo como Hilda, ¿qué continúa y qué se modificó en el personaje a lo largo del tiempo?
- Muchas cosas perduran, y muchas otras, creo que el doble, ya no están. El personaje nació años atrás en un vivo de Instagram mientras hablaba con mis seguidores. Uno me preguntó por qué no hacía a una maestra, y como yo tengo muchas amigas y familiares docentes, lo pensé y surgió Hilda. El primer show fue virtual, mutó, y después vino Todos los días de Hilda, donde hablaba de la jubilación. En este tercer espectáculo permanece algún que otro chiste muy rompe hielo, de los clásicos, que ya sé que le gustan a la gente, y se suman otros personajes.
- La propuesta es un híbrido entre tu vida y la del personaje: ¿cuánto hay de ficción y cuánto hay de realidad?
- El texto surgió viendo mi diario íntimo y buscando lo que hablaba sobre la escuela. Pero, en la obra, la que lee el diario es Hilda, o sea que es suyo, así que todo está medio mezclado, hay partes ficticias y partes verídicas. Por ejemplo, hablando de los familiares, mi mamá era maestra jardinera y falleció cuando yo era muy chiquita, y después mi papá se puso en pareja con Silvi, que es maestra de grado y como una segunda madre para mí. En la obra, los distintos personajes pertenecen al colegio, entonces aparecen la docente de nivel inicial y la directora, entre otros.
- En el transcurso del espectáculo fusionás distintas técnicas teatrales...
- Particularmente, en esta obra trabajo con máscaras de la comedia del arte, las cuales fueron realizadas por el artesano Alfredo Iriarte. Y están bastante vinculadas a la improvisación, hay algo muy físico, grotesco, crítico y divertido, ¡es un placer! En general, las máscaras de la comedia del arte son arquetípicas, entonces uno se encuentra con estados muy concretos de los personajes, es decir, si uno está alegre, o enojado, se va a ver rápidamente en el elemento. En este caso, nos aproximan al carácter de distintos docentes. Si bien hay un guion, siempre se deja un espacio abierto para jugar y hablar con la gente.
- Asimismo, se trata de un unipersonal...
- Sí, básicamente, es estar solo en el escenario, aunque hay muchas ramas dentro del teatro y del unipersonal. Por ejemplo, yo interactúo un montón. Soy partidaria de la idea de que siempre el teatro es con el otro, ya sea en relación con la música, las luces, los espectadores, los acomodadores, los objetos, ¡hay un montón de cosas que participan! En este espectáculo hay dos percheros de pie donde cuelgo los guardapolvos y las máscaras. A mí me encanta que el público imagine y complete.
- Hilda también se hace presente en redes sociales. ¿Cuáles son las características distintivas de este formato?
- En las redes uno trabaja con la cabeza, con el torso, y ahí se terminó. Además, hay un tiempo muy chiquito para contar algo, no puede haber tanto desarrollo del personaje. Sin embargo, está buenísimo que sea así porque uno puede probar e improvisar un montón, es como estar siempre en el primer día de teatro. Si a uno le gustó lo sube, y sino no; en esa prueba aparece mucho la creatividad. Lo que antes era el volante, ahora son las redes, así que hay que trabajar ahí también.
- En el marco de la comedia, destacás el rol de los docentes...
- Sí, es más, leyendo el diario íntimo me acordaba de mi abuela, que el 2 de abril de 1997 me llevó a la Carpa Blanca de los docentes (N. de El1: una histórica protesta en reclamo de un aumento en los fondos económicos destinados a la educación). Y mi familia siempre fue muy justiciera, por decirlo de alguna manera, por ejemplo, al luchar por los Derechos Humanos. Por otro lado, todo el tiempo estoy en contacto con los docentes, es una profesión muy difícil. Desde el rol de Hilda, muestro que ella se encarga de ciertas cosas que superan su trabajo, no es solamente enseñar a los chicos a leer y a escribir, abarca muchas otras cosas.
Más allá del algoritmo
Carla tiene presencia en distintas redes sociales: Instagram, TikTok y YouTube. El clip que resultó bisagra en su trayectoria virtual fue un sketch sobre una reunión de padres. “Estaba yendo a animar una fiesta infantil y la gerenta del salón, con quien me llevo muy bien, me dijo '¡se está mandando un vídeo tuyo!', era la primera vez que me pasaba. Siento que ahí empezó a surgir Hilda, fue un poco antes de la pandemia. Luego, en la cuarentena, que todos estábamos las 24 horas del día con el celular, se viralizaron otros videos”, recordó.
Faceta publicitaria
Además del ámbito teatral, tiempo atrás Laneri incursionó en el mundo publicitario, principalmente con la escritura de guiones. “En la escuela secundaria tenía orientación en eso, y después hice un terciario, donde se explotaba un montón la creatividad. ¡Me encanta escribir!”, compartió.