Antonio Birabent: “Las cosas fuera de lo habitual siempre me llaman la atención”
El artista redescubre sus canciones a través de su nuevo disco, “Cuerdas”. Habló sobre las características del álbum y acerca de sus búsquedas artísticas. El vínculo con su padre, “Moris”, y el trigésimo aniversario del filme “Tango feroz”.
“Mente y corazón” no solo es una canción que integra el heterogéneo repertorio de Antonio Birabent, sino que, además, se trata de un binomio que atraviesa las diferentes instancias de su trayectoria. Es que en cada uno de sus pasos como músico, actor y escritor está presente el equilibrio entre la racionalidad -al decidir y planificar los proyectos- y la emocionalidad –al atender las sensaciones del 'aquí y ahora' de toda obra artística-.
En esta ocasión, Birabent presenta su álbum Cuerdas, que plantea un cautivante viaje sonoro por nuevas versiones de diez temas que, originalmente, fueron grabados en sus discos Familia Canción (2011), Lápiz, papel y guitarra (2013), Oficio: juglar (2018) y La última montaña (2020).
-Al reversionar tus canciones, en cierto punto, ¿las volviste a conocer?
-Sí, porque fue cantarlas de una manera tan distinta que, prácticamente, era empezar de cero. Cuando Víctor Volpi, que es viejo amigo y socio en un montón de discos, me comentó la idea de hacer un disco con canciones mías reversionadas con un quinteto de cuerdas, le dije que sí, que me encantaba. Las cosas fuera de lo habitual siempre me llaman la atención. Seleccionamos diez temas de álbumes que habíamos producido juntos y, en muchos casos, hubo cambios de tonalidad.
-¿Cómo fue grabar tu voz junto a este tipo de instrumentos?
-Es una sonoridad muy distinta a la clásica de la música popular, o del rock. Es cierto que he grabado discos muy diferentes, con instrumentos que no son los habituales del género, es decir, no solo bajo, guitarra, batería, sino que también he incluido piano, cuerdas, y otras situaciones, pero nunca solo cuerdas. Es otra textura, creo que te obliga a una interpretación vocal, no sé si mejor o peor, porque es relativo, pero sí más precisa. En ese sentido fue una gran experiencia.
-Otro proyecto musical reciente es la canción “Ramo de flores”, que hiciste junto a Guada (Guadalupe Álvarez Luchia)...
-Sí, el año pasado estuve en España dos veces, la última fue en noviembre, y nos conocimos medio de casualidad con Guada. Nos pusimos a hablar de Argentina, de nuestras experiencias, y en un momento le dije 'nosotros estamos para hacer algo más que esta charla'. Yo esa semana me volvía para Buenos Aires, entonces, en esos días, con pocos encuentros y mensajes, armamos esta canción que me encanta. Nos juntamos a grabarla en un estudio el día anterior a mi viaje, prácticamente doce horas antes de tomar el vuelo. Eso es un ejemplo de algo hecho a pura intuición y corazón. Me da mucha alegría haber encontrado a Guada y haber concretado ese tema juntos.
-Siempre te acompaña tu guitarra, ¿por qué sentís que es algo más que un instrumento?
-¡Es una gran compañera! Empecé con la batería y con el bajo y, después, arranqué a tocar la guitarra. Más allá de las virtudes, me parece una compañía amistosa y fiel, por ejemplo, te vas de viaje y te la llevas. Para mí es una aliada, no solo por lo profesional, sino porque, personalmente, me ayuda y me hace bien estar tocando en donde sea. Me es muy fácil estar en mi casa con la guitarra y que esa situación me lleve a hacer una canción. Aunque en la mayoría de los casos no la escribo, sí está en el aire.
-En tu camino artístico, ¿en qué cuestiones considerás que te fuiste reversionando?
-Soy muy inquieto, y nunca he estado en un solo lugar, siempre me han llamado la atención diferentes cosas. Me tocó llevar en paralelo una trayectoria como actor, como músico, haciendo radio y televisión, ahora escribiendo... Me han interesado muchas cosas, y he tenido la fortuna de poder hacerlas y de experimentar todo eso. El hecho de reversionar es no ser fiel a una idea. Por ejemplo, a los cuatro meses de haber lanzado una canción, cuando la canto en vivo, ya lo hago de otra manera. Nunca fui muy fiel cuando versioné a otros, ni a mí mismo, y me gusta ese camino. Un camino un poco más “convencional” no me sale, no es mi esencia. Y la actuación es otra aventura, en la que interpreto lo que otro escribió, desde ya que cada vez es distinto.
-De la música a la literatura: lanzaste Tres, tu primer libro, ¿qué balance hacés de esta faceta?
-Tres es una mezcla, no es un libro homogéneo, y me abrió otra puerta distinta. Ahora, estoy embarcado en esa idea de seguir escribiendo y comunicándome a través de la palabra no cantada. Estoy escribiendo mucho estos meses, y confío que en algún momento pueda salir un segundo libro, en eso estoy, me produce alegría estar vinculado a la palabra de esta manera. De hecho, siempre me gustó escribir, desde chico, pero ahora lo estoy haciendo de una forma más dedicada.
Los Birabent
Por un lado, Antonio es hijo de Mauricio “Moris” Birabent, uno de los icónicos músicos del rock en español; por otro lado, es padre de Oliverio. Sobre las influencias artísticas en la familia, explicó: “Mi padre nunca me dijo lo que tenía que hacer, ni me dijo 'vos tenés que seguir mi carrera' que, a la larga, en parte, lo hice, ya que, si bien hago otras cosas, también hago música. Y a mi hijo tampoco le insisto para que se dedique a algo en particular. A veces me gustaría que siga mis pasos, pero, definitivamente, no es algo que le voy a imponer. Está bien dejar librado a la voluntad del niño”.
Un viaje al pasado: El recuerdo de Tango feroz: la leyenda de Tanguito
En 1993, Antonio interpretó a “Moris” en el emblemático filme dirigido por Marcelo Piñeyro. Dicho relato sigue el legendario amor entre Tanguito y Mariana y, a su vez, retrata la época de finales de los 60s y comienzos de los 70s, en la que tiene lugar el nacimiento del rock argentino y el conflicto entre los viejos valores y los nuevos ideales de la juventud.
En el marco del trigésimo aniversario, el actor expresó: “Siempre que me hablan de la película recuerdo esa etapa con mucha alegría. Pasaron un poquito más de 30 años de la filmación, era una Buenos Aires sin celulares ni Internet. Me gustó haber vivido esa realidad y, hoy, poder estar viviendo ésta tan distinta. Para todos los que estábamos trabajando ahí Tango feroz representó un antes y un después, fueron filmaciones con mucha euforia juvenil, que creo que está en la pantalla. Y entiendo que esa euforia que logramos genuinamente es buena parte del éxito. Hoy, el filme sigue siendo importante para muchísimas personas, como para muchos músicos, que empezaron a escuchar rock argentino cuando tenían 15 años y ahora tienen 45”.
Presente y futuro
Para este 2023, en principio, Birabent planea tocar las canciones de su álbum Cuerdas en vivo y, a su vez, continuar con su faceta literaria. Asimismo, en febrero tendrá dos shows musicales: el 14 en Mar del Plata y el 19 en Tecnópolis. “Este año también se cumplen 30 de mi primer disco, titulado Todo este tiempo, así que, a lo mejor, voy a hacer algo al respecto. Qué paradoja que se llame así, siendo mi primer álbum: hoy, ese título tiene más sentido que hace 30 años”, concluyó.