Alejandro Cupitó: “Arriba del escenario no tengo vergüenza porque no soy yo, sino el personaje”
El actor protagoniza la comedia “Sinvergüenzas”, que se presentará este sábado en el Teatro Universidad. Habló sobre la construcción de su personaje Manguera, la exposición en los medios y la timidez en su camino personal y profesional.
El acto teatral genera tal proximidad con la gente que cuando el espectador asiste a la función de una obra también se está reuniendo con los personajes que la protagonizan. Este sábado por la noche, la cita será en un garage montado en el Teatro Universidad (Florencio Varela 1.903, San Justo), junto a un aventurado y divertido grupo de amigos considerados Sinvergüenzas.
Dentro de la agrupación está “Manguera” -interpretado por Alejandro Cupitó-, a quien Dios le marca el camino en medio de la turbulencia financiera. Sus padres lo sostienen día a día y el templo parece ser el refugio donde esconde todos sus secretos. Luego de salvar a su camarada Lole de cometer una locura, el destino lo lleva a desnudar no solo su alma.
Sinvergüenzas es la adaptación teatral de la popular película The Full Monty. Cuenta con libro original de Daniel Botti, dirección de Diego Rinaldi y las actuaciones de Juan Palomino, Christian Sancho, Jorge “Carna” Crivelli, “Tucu” López y Alexis “Cone” Quiroga. Las entradas pueden adquirirse en la boletería del auditorio (lunes a viernes de 11 a 21, sábados, domingos y feriados de 15 a 21) y en Ticketek.
- Antes de protagonizar esta historia, ¿habías visto alguna versión previa, audiovisual o teatral?
- No, solo había visto un video que había subido en redes sociales Nico Vázquez cuando hizo Sinvergüenzas en 2010 y me había parecido interesante, además de que me la habían recomendado. Pedí la adaptación de ese año, Daniel Botti la llevó al 2023/2024, y me atrapó. Me gustó mucho que rompa la cuarta pared, a diferencia de las otras versiones. Casualmente, el año anterior yo había trabajado con Carmen Barbieri, y previamente con Costa, y en los dos espectáculos rompíamos la cuarta pared, así que quería seguir con esa idea de hacer participar al público. Hablamos con Diego Rinaldi para desarrollar la historia durante una hora y media y que al final los actores bajáramos del escenario para jugar con la gente.
- “Manguera” es el más introvertido del grupo…
- Sí, y es muy diferente a los 'mangueras' que habían hecho los demás actores en otras temporadas, o incluso al que hacía yo cuando apenas arrancamos la obra en el Teatro Premiere. Antes era alguien extrovertido, canchero. Era el hijo del pastor, tenía plata y venía de una familia en la que no necesitaba trabajar, lo único que le interesaba en el grupo de amigos era pertenecer. Hasta que me busqué una dificultad desde lo personal, y empecé a hacerlo como alguien introvertido, sumiso, con miedo a desnudarse y con complejos respecto a su cuerpo. Así que la construcción estuvo buena, fue un desafío actoral, quería complicármela arriba del escenario. Obviamente, hablé con el director de la obra y me autorizó para que pudiera experimentar esta faceta distinta.
- Sinvergüenzas superó las 100 funciones, ¿qué es lo que sigue desde el origen y qué cambió a lo largo del tiempo?
- Lo que permanece es que la figura de la obra de teatro es Sinvergüenzas, no los seis actores que la componemos. El espectáculo puede durar dos, tres, cuatro, cinco años, y si mañana me bajo yo, u otra persona del elenco, la propuesta va a seguir. En cuanto a las modificaciones, hubo cambio de actores: arrancó Ignacio Sureda y después entró 'Tucu' López, y hace poco se fue Benjamín Alfonso e ingresó Christian Sancho.
- Partiendo de la alta exposición, que se aborda en la obra, pero pensando en tu camino profesional, ¿qué efectos positivos y negativos tuvo?
- Me hice muy amigo del 'Cone', que pasó de estar en un pueblo de 15 mil habitantes en Córdoba a entrar a Gran Hermano, salir y no poder caminar por la calle. Siento que él quiere hacer todo ya, rápido, entonces le digo 'Cone, acá lo difícil no es llegar ni que te conozcan, lo difícil es perdurar, tenés que prepararte, estudiar teatro, canto, estar bien sólido para mantenerte en el medio'. En mi caso, estoy hace 20 años en el medio, la gente me fue conociendo por algún trabajo que hice. En 2002, gané El Chico 10, un concurso en el programa de Susana Giménez, y entré como 'Susano'. Después, hice mucho teatro y actué en algunas novelas, fue una construcción de mucho tiempo. Por lo tanto, en lo personal, no fue decir 'Uy me movió el piso, qué flash lo que estoy viviendo', sino que fue un crecimiento con una base sólida año tras año.
- Tras haberte hecho famoso como 'Susano' y haber decidido emprender proyectos de ficción audiovisual o teatral, ¿tuviste que derribar prejuicios?
- Cuando trabajaba con Susana no era como ahora que si un programa hace cinco puntos de rating ya están todos brindando. En ese momento, el ciclo de ella hacía 30 puntos, o más, todos los días, y no existía Netflix, ni Instagram, ni Twitch, ni TikTok, recién arrancaba Twitter, y se paraba el país para ver televisión. Yo tuve esa exposición fuerte y entré a la casa de todos los argentinos por medio de Susana, como 'Susano'. Pasaron más de diez años, pero no reniego de eso, todo lo contrario, digo '¡Mirá qué loco que la gente se siga acordando!'. Además, aprendí mucho.
- En Sinvergüenzas, los personajes cambian de trabajos, en tu caso, ¿te dedicaste a otras cuestiones fuera de lo artístico?
- Tengo hasta cuarto año de ingeniería en la Universidad. Un día, llegué a la casa de mis padres y les planteé que no quería estudiar más esa carrera, que me gustaría laburar en el medio como actor y modelo. Me dijeron que algo tenía que estudiar, así que elegí periodismo, me recibí de Licenciado en Comunicación e hice mucha radio. Si hay algo que aprendí en la vida es a no creer en la suerte, ni esperar nada de nadie, sino generar los propios proyectos. Entonces, empecé a producir cosas chiquitas, por ejemplo, las obras La Malasangre de Griselda Gambaro y Cruz de Tiza de Bertolt Brecht. Ahora, tengo mi propio programa de televisión, Entre amigos, que sale por NET Tv, soy el productor general y el conductor.
Entretenimiento en la pantalla chica
Cada domingo a la medianoche, Cupitó conduce el late night show Entre amigos por NET Tv. Sobre el proyecto, el animador describió: “Son un grupo de amigos famosos que se sientan en el living, donde comemos, tomamos un trago, y hablamos de un tema de actualidad. Es un programa muy divertido, con mucha onda”.
- ¿Qué mundos descubriste a través de la actuación?
- Lo que me motiva, primero, es generarle algo al público, ya sea una risa o una lágrima, es decir, transmitir. También me fascina crear personajes, ser otras personas, diferentes a quien soy yo en la realidad. ¡Esa adrenalina es espectacular! Y amo estar arriba del escenario, me hace bien. De hecho, me puede doler el cuerpo, pero el escenario me cura. Soy un apasionado de lo que hago, por eso me meto a producir, a generar, a arriesgar, ya que es mucho dinero el que ponemos con mi socio y la productora, ¡confiamos en los proyectos!
- Se suele asociar la actuación con perder la timidez, ¿cómo te llevás con la vergüenza en tu vida cotidiana?
- Yo voy a la playa y no me saco la remera porque no me gusta, tengo mis complejos con el cuerpo. Sin embargo, cuando estoy haciendo Sinvergüenzas, que termino casi desnudo arriba del escenario, no tengo vergüenza, porque ahí no soy yo, el que está es el personaje. Uno está cubierto, protegido por el personaje. Y abajo del escenario hay muchas cosas que me dan vergüenza. Recuerdo que cuando empecé a hacer campañas de ropa interior me costó un montón, pero me fui profesionalizando y perdiendo la timidez.