“El Evangelio según Van Hutten”, el otro Jesús
La novela de Abelardo Castillo fue definida como “un policial escrito por Dios”. Un profesor de Historia llega a un hotel de La Cumbrecita y descubre que en ese lugar se oculta un antropólogo que encontró un texto bíblico opuesto a la versión oficial.
Por Daniel Artola
“Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (San Marcos 12, 17), dijo Jesús ante sus feligreses. A cada cual le corresponde lo suyo. Sin embargo, esta idea del Dios encomendado a los asuntos espirituales es puesta patas para arriba en El Evangelio según Van Hutten de Abelardo Castillo, novela publicada en 1999.
El escritor tejió una ficción donde un profesor de Historia cansado de sus problemas llega hasta un hotel de La Cumbrecita, en Córdoba, para cambiar de aire. Mientras lee un libro sobre religión, descubre movimientos extraños de los habitantes del lugar como si estuvieran molestos con su presencia.
Sucede que allí se esconde el antropólogo Estanislao Van Hutten. En verdad, lo dieron por muerto para el resto del mundo, pero este profesor aficionado al ajedrez meterá las narices donde no debe y descubrirá que Van Hutten está vivito y coleando.
¿Qué oculta el antropólogo?”, es la pregunta. El hombre halló unos textos bíblicos en una excavación cerca del Mar Muerto que contradicen la versión oficial. Los críticos definieron a esta novela como un “thriller erudito” y la publicidad de la editorial la bautizó como “el policial escrito por Dios”. La novela atrapa al lector porque Castillo es un de los mayores narradores del país y hace uso de un dominio del estilo que lo confirmó una vez más en el podio de la literatura. Hay humor, misterio, romance y planteos filosóficos, sin perder la tensión y el suspenso.
El Evangelio según Van Hutten fue la cuarta y última novela que escribió el autor de El que tiene sed, ya que fue primero un gran cuentista. En una nota escrita por Dalia Ver en Clarín, la autora cita a Castillo: “Sentí que quería escribir una especie de policial con los rollos del Mar Muerto, que crearon una gran cantidad de conspiraciones y ocultamientos. El problema más grave que tenía no era contar la historia de los rollos o volcar mi idea del Cristianismo. El problema era hacer una trama novelística con eso”.
Castillo valoriza la religión, pero toma distancia de los hombres que la representan en la tierra. “Creo que es el libro más personal que escribí. No hay una sola idea de este libro que en el fondo yo no comparta”.
Vida del autor
Abelardo Castillo nació en Buenos Aires en 1935 y falleció en la misma ciudad en 2017. Estaba casado con la escritora Sylvia Iparaguirre. Su infancia la pasó en San Pedro y luego, ya de adolescente, se radicó en la Capital Federal; vivió con una tía que fue su mamá del corazón.
Castillo practicó boxeo, por eso su nariz torcida, y le gustaba jugar al ajedrez. Sus clases para escritores en su casa de la calle Hipólito Yrigoyen eran famosas y por allí pasaron muchos estudiantes que luego fueron escritores reconocidos. El autor de Cuentos crueles tenía una voz aguardentosa. Escribió muchos cuentos y cuatro novelas. “El que tiene sed” fue una de ellas y le sirvió para hablar de sus problemas de alcoholismo.
A la par de su carrera como escritor, dirigió revistas literarias que marcaron camino en la segunda mitad del siglo pasado. “El grillo de papel”, “El ornitorrinco” y “El escarabajo de oro” les dieron espacio a nuevas voces y tendencias. Además, en sus páginas, Borges fue valorado como el gran escritor que fue por encima de los prejuicios ideológicos de la época.
Curiosidades de un gran lector
La biblioteca de Castillo no guardaba ningún ejemplar de su autoría porque les sacaban lugar a los clásicos. “Que mis libros estén en la casa de otros”, decía. En su canon literario aparecían Borges, Arlt y Marechal, entre otros. “Me hubiera gustado que sea mía la frase borgeana que dice: ´No me jacto de los libros que escribí, sino de los que leí´”.
Bibliografía
Novelas: 1968: La casa de ceniza; 1985: El que tiene sed; 1991: Crónica de un iniciado; 1999: El Evangelio según Van Hutten.
Cuentos: 1962: Las otras puertas; 1966: Cuentos crueles; 1976: Las panteras y el templo; 1992: Las maquinarias de la noche; 2005: El espejo que tiembla.