“La Agencia de I+D+i está paralizada desde el cambio de gobierno”, alertan

(Agencia CTyS - UNLaM) - La parálisis total de los fondos destinados a la investigación científica y tecnología nacional parece ser un hecho. Es que, recientemente, Alicia Caballero, presidenta de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i), confirmó que no se abrirán nuevas convocatorias a proyectos de investigación científica a lo largo de 2024 por falta de fondos.

El anuncio se dio durante una reunión con representantes del área de Ciencia y Tecnología de las universidades nacionales en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), donde también se precisó que solo se pagará lo que “ya está firmado” y que tampoco hay fondos para cumplir con la cláusula MPV  (mejor presupuesto válido) de los proyectos vigentes. En otras palabras, no se actualizarán los montos adjudicados de investigaciones que duran años y que, así, pierden con la inflación.

“La Agencia de I+D+i es el gran órgano financiador de la ciencia e investigación tecnológica en nuestro país, es el combustible que alimenta con fondos las distintas líneas de investigación y está paralizada desde el cambio de gobierno. La realidad es que la doctora Alicia Caballero no ha logrado destrabar ninguno de los mecanismos que necesitamos en los grupos de investigación para poder seguir trabajando”, reclamó Rolando González-José, investigador principal del CONICET y exdirector del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET), en diálogo con Radio Universidad.

Uno más y van...

Para González-José, este anuncio sobre la falta de fondos es un golpe más de los tantos que integrantes del sector de CyT vienen denunciando, sin obtener ningún tipo de respuesta por parte de las autoridades gubernamentales. Entre ellos, denuncian 630 despidos, la decisión de revertir las prórrogas de más de 200 becarios doctorales y el vaciamiento de organismos de Ciencia y Tecnología.

“La investigación científica no es un trabajo individual. Cada integrante es un nodo de una red inmensa con estructuras administradas por una gran torre de control que era el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, hoy devenida en subsecretaría. Y allí se despidieron a muchas personas, como el personal que está especializado en temas de propiedad intelectual, convenios, patentes, etcétera. Ellos son el puente de conexión entre los investigadores y una Pyme, empresa o intendencia. Si vos debilitás el puente, las dos partes no se pueden conectar”, explicó.

Por eso, sostuvo González-José, califican a este contexto como un “cientificidio”: “Esto es la otra cara de la moneda del industricidio. Porque un país que no busca su desarrollo soberano y destruye el entramado productivo y de innovación, lo que hace es desintegrar la industria y la ciencia en su conjunto”.

Viejas recetas, mismos resultados

El famoso éxodo de científicos y científicas que tuvo lugar en la década de los ‘90 es una postal que hoy, según la Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología, ya se está repitiendo. La falta de fondos para investigar, los salarios arañando la línea de pobreza y la incertidumbre respecto de las becas e incentivos para estudiar son la realidad que miles de jóvenes científicos evalúan al momento de continuar con sus carreras. 

“El panorama que se les ofrece los está expulsando a otros laboratorios en otros países. Es un combo explosivo que se parece mucho al que me ofrecía a mí el menemismo cuando, en el ‘97, tuve que irme a hacer el doctorado afuera”, recordó el exdirector del CENPAT e integrante de la Mesa Federal. En esa línea, explicó que “lamentablemente” este éxodo de profesionales detiene “el flujo horizontal de información”.

“Cuando uno hace investigación, no todos hacen lo mismo. Los que tenemos más experiencia, dirigimos y buscamos financiamiento, y eso se va trasladando a investigadores más jóvenes. Si vos sacás el eslabón que está en la trinchera, en el laboratorio, se interrumpe esa transmisión horizontal de conocimientos y esto genera una detención total de nuestro sistema”, concluyó González-José.