Identifican mecanismos biológicos que permiten la recuperación de recuerdos

El estudio, liderado por especialistas del CONICET, aporta evidencia que podría inspirar tratamientos para el alzhéimer y otras patologías neurodegenerativas.

Especialistas del CONICET descubrieron mecanismos biológicos que permiten la evocación de las memorias episódicas o contextuales. Se trata de aquellas que permiten reconocer un espacio y las experiencias que ahí tuvieron lugar. El hallazgo, descrito en PLoS Biology y realizado en modelos preclínicos, podría ayudar a diseñar estrategias terapéuticas para el alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas o para combatir el deterioro natural de la memoria que ocurre con la edad. 

“Se sabe bastante de cómo las memorias se almacenan y consolidan, pero se sabía muy poco de lo que pasa una vez que esas memorias están almacenadas y tienen que ser recuperadas. Nuestro trabajo logró describir mecanismos que permiten la evocación de memorias de reconocimiento contextual que constituyen un tipo de memorias episódicas”, afirma Pedro Bekinschtein que, junto con Mariano Belluscio, lideraron el estudio.

Bekinschtein explica que la memoria episódica “se refiere a experiencias únicas de nuestras vidas que tienen un lugar, un tiempo y otros elementos característicos. En particular, nos focalizamos en este trabajo en lo que se conoce como memoria de reconocimiento. Es la que nos permite decidir si nos resulta familiar o no un lugar cuando nos encontramos ahí. Y para poder tomar esa decisión tenemos que poder recuperar la memoria de alguna experiencia que ya tuvimos en ese lugar”. 

Recuperación de recuerdos 

Bekinschtein, Belluscio, Magdalena Miranda, del INCyT, y Azul Silva, del IFIBIO, estudiaron la evocación de la memoria episódica en ratas. Estas debían reconocer espacios a los que habían sido expuestas previamente, pero con algunos detalles (claves) que iban variando a lo largo del tiempo.  

“En particular trabajamos con ratas porque es un buen modelo para estudiar fenómenos de memoria y de comportamiento. Son mamíferos y su cerebro se parece en muchos aspectos al cerebro humano. Muchas de las regiones que se analizaron en nuestro trabajo están presentes en ambos organismos”, puntualiza Bekinschtein. 

Pedro Bekinschtein (izq.), Magdalena Miranda, Azul Silva y Mariano Belluscio.

El equipo de investigación descubrió que el glutamato, un neurotransmisor en el hipocampo (región del cerebro donde se forman memorias), es clave para la evocación de recuerdos. “La inhibición de este neurotransmisor hacía que los animales no pudieran reconocer un espacio que habían visto. Por el contrario, su activación mejoraba su capacidad de reconocimiento”, explica Miranda . 

Los investigadores también se centraron en unas neuronas del hipocampo conocidas como células del lugar o “place cells” en inglés. La identificación y estudio de estas le valieron el premio Nobel de Medicina 2014 a John O’Keefe y a Edvard y May Britt Moser. 

“Mediante la realización de experimentos descubrimos que las diferencias de actividad de las células del lugar en una región del hipocampo que se llama CA3, predice si los animales evocan la memoria de un contexto ya vivido o lo experimentan como uno totalmente nuevo”, afirma Silva.

Resultados prometedores para la memoria

Los resultados de este trabajo "pueden mejorar la comprensión de las fallas de memoria en múltiples enfermedades neurodegenerativas u otro tipo de déficits de memoria relacionados al envejecimiento", indica Belluscio a la vez que plantea que , además, "podría llevar a desarrollar tratamientos específicos, como por ejemplo, para modular la función del glutamato y así mejorar la recuperación de información almacenada”.