Alertan sobre la crítica situación del trabajo infantil rural en Argentina

Una investigadora del CONICET y de la UNCUYO repasa algunos de los factores y consecuencias del trabajo infantil y adolescente en el sector agro. Cómo impactan las condiciones socioeconómicas, la falta de acceso a bienes y servicios por qué es clave el diálogo de saberes para construir soluciones, bajo la lupa.

En Argentina, se estima que dos de cada diez infantes del ámbito rural realizan al menos una actividad productiva, según lo reflejó la Encuesta de Actividades de niños, niñas y adolescentes, realizada por el INDEC hace algunos años. El escenario -que, además, no cuenta con herramientas para brindar cifras más actuales o específicas- da cuenta de un crítico panorama donde miles de niños, niñas y adolescentes se encuentran en una situación de trabajo infantil, con todos efectos críticos que este problema puede generar.

“Entre los factores que juegan en esta situación está la constitución de los hogares. Una de las herramientas clave, cuando indagamos en el territorio, es la reconstrucción de las trayectorias familiares, donde podemos entender que hay dos o más generaciones que reprodujeron la misma lógica de subsistencia, al no poder acceder a cuestiones como el transporte, los servicios, la educación o la conectividad”, enumera Melina Guardamagna, doctora en Ciencia Política e investigadora del CONICET, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.

Guardamagna es directora del Centro de Estudios de Innovación Institucional para la Gobernabilidad Democrática (CEII), que depende tanto del CONICET como de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO). Fue justamente el CEII el que ganó un subsidio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), años atrás, para realizar estudios diagnósticos sobre la problemática del trabajo infantil rural en Mendoza, en particular en los cultivos del ajo y del tomate. Aquel trabajo tuvo dos etapas: una de diagnóstico y la otra, mucho más extensa y con relevación en el campo, para desarrollar metodologías que generen instancias de sensibilización y concientización del problema.

“El trabajo fue llevado a cabo con el Proyecto Offside ¡Marcando la cancha!, que pertenece a la OIT, más el equipo de la Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI) de Mendoza. Fue realmente una articulación muy interesante donde, al menos en este caso, se puso acento en los ámbitos rurales”, resalta Guardamagna.

"No es tan fácil relevar las situaciones de trabajo infantil rural Nadie va a admitir, abiertamente, que favorece o que estimula el trabajo infantil, porque sería reconocer abiertamente una situación ilegal", alerta Guardamagna.

Varios contextos, el mismo panorama crítico

Cuenta Guardamagna que, dentro del universo rural, que en Argentina es extenso debido a su condición fuertemente agropecuaria, hay distintas variaciones. “En la vitivinicultura, por ejemplo, no hay tantos casos de trabajo infantil como en otras áreas, como en las actividades hortícolas la cosecha de hojas verdes. Eso tiene que ver con que, en la primera, al haber medianos y grandes productores que exportan y que necesitan ‘introducirse’ al mundo internacional, deben cumplir y respetar y certificar normas de calidad y buenas prácticas agrícolas. En cambio, en otros espacios hay mucha más precariedad laboral”, apunta.

Frente a todo esto,, uno de los principales problemas es la falta de metodologías más asertivas que permitan contar con mediciones que den cuenta del panorama real, al menos en cuanto a cifras e información cualitativa que permita una mayor comprensión de la problemática y sus causas.

“También tiene que ver con que no es tan fácil relevarla, porque nadie va a admitir, abiertamente, que favorece o que estimula el trabajo infantil, porque sería reconocer abiertamente una situación ilegal -alerta Guardamagna-. El desafío, al mismo tiempo, es que muchas veces se confunde el concepto de ‘trabajo infantil’ con el de ‘ayuda’, por lo que tenés a un montón de niños, niñas y adolescentes en una situación de trabajo infantil en cierto modo camuflada”.

Lo mismo ocurre, agrega la investigadora, con el trabajo que, principalmente, niñas y adolescentes realizan dentro de sus hogares. Muchas veces quedan a cargo del cuidado de hermanos más pequeños y de las tareas domésticas.

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