Lanzan fuertes ofertas y descuentos por la falta de reacción del consumo
Las vidrieras de los centros comerciales locales están repletas de promociones y hasta liquidaciones de la temporada de invierno que recién empieza para atraer a los consumidores.
El dato es contundente y evidencia que el consumo no reacciona: entre abril y mayo, en La Matanza, la caída interanual de las ventas minoristas fue de 37 por ciento en promedio. El relevamiento, encarado por la Secretaría de Producción local, se realizó en doce centros comerciales del Distrito. Y también puso en relieve la compleja situación que atraviesan los minoristas: las localidades que menos perdieron tuvieron casi 30 por ciento menos actividad que el año pasado, pero las más afectadas tuvieron que absorber un descenso de 50 por ciento.
En ese escenario, la mayoría de los comerciantes está optando por aplicar ofertas y descuentos importantes para atraer a los consumidores. Incluso, antes del inicio del invierno, muchas vidrieras de locales de ropa y zapatos comenzaron con sus liquidaciones anticipadas de la temporada. De acuerdo al citado sondeo del Ejecutivo comunal, esos rubros fueron de los que más perdieron: indumentaria registró un descenso de 33 por ciento, mientras que calzado se retrajo 39 por ciento.
En diálogo con El1 Digital, Claudio Pugliese, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Laferrere, “el combo de inflación, devaluación y competencia desleal de la venta callejera está golpeando fuerte”. “El comercio resiste y aplica ofertas de tres por uno, descuentos por pago en efectivo y mayor cantidad de cuotas sin interés en compras a partir de determinados montos”, agregó el referente comercial.
Pero, además, Pugliese advirtió que gran parte de los puestos callejeros desalojados en los últimos meses de los centros comerciales de Capital Federal “fueron migrando a Laferrere y González Catán”. “Vemos camiones que llegan repletos de ropa que después se vende en la calle o ferias informales. No tenemos manera de competir contra esos precios”, analizó.
“Las liquidaciones son cada vez más tempranas porque te encontrás llegando al final de la temporada con la mercadería adentro de los locales y, ante la necesidad de cumplir con los pagos, se necesita el efectivo porque muchos ya estamos girando en descubierto”, coincidió Hernán Pérez Massuco, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Tapiales y Ciudad Madero.
En esa zona, aseguró el referente del sector, “las promociones se lanzan todos los días, aun sacrificando parte importante de la ganancia”. “Si no se reactiva el mercado interno, la situación va a ser catastrófica y, para eso, se necesita un mayor poder de compra porque a la gente no le falta voluntad, sino dinero”, remarcó. Incluso, relató que muchos comercios barriales de esas localidades optaron por brindar la posibilidad a sus clientes habituales de abrir cuentas corrientes “con tal de no perder esas ventas”.
En primera persona Desde 2014, Pamela Lettieri es propietaria de un local de ropa de mujer en Arieta al 2.800, en pleno centro de San Justo, y es la primera vez que atraviesa una caída en las ventas tan marcada. Su balance de mayo de este año mostró una baja de 60 por ciento con respecto al mismo mes de 2016. La alternativa, entonces, fue poner la creatividad en juego. “Todas las semanas estamos rotando las promociones y descuentos, sobre todo en efectivo, porque cuando terminó el Ahora 12 las ventas con tarjetas cayeron muchísimo. Pero así y todo, algunos días cerramos la caja en cero”, lamentó.
En su vidriera, se ofrecen remeras a 200 pesos, buzos y camperas a 400 pesos o rebajas de 25 por ciento por pago en efectivo, débito o crédito en una cuota. “Hay productos con precios que se acercan al costo pero, hoy, la gente ve la ropa como un lujo o un gusto y muchos vienen a comprar solo si les queda un puchito de plata a fin de mes”, graficó.
En las zapaterías, el panorama es similar. “Este año, por primera vez, decidimos poner cajones con productos desde 70 pesos de para aumentar el movimiento porque venimos complicados. Ya no puedo aguantar la mercadería durante un año porque necesito el efectivo y entonces prefiero sacarla al costo, antes que perderla”, contó Alexis Márquez, propietario de dos zapaterías para chicos en San Justo.
El comerciante también ejemplificó cómo el impacto de la retracción del consumo modificó el funcionamiento de sus locales. “Tuve que parar las compras de invierno mucho antes que otros años. Yo solía dejar de reponer después del Día del Niño, en agosto, pero esta vez paré ya desde junio porque la mercadería no se mueve”, aseguró. Estefanía Talanto, empleada de un local de zapatos en Ramos Mejía, planteó el mismo escenario. “Hay productos en los que ya no podemos ofrecer variedad de talles porque fuimos recortando el stock y, además, muchos de nuestros proveedores de la zona cerraron sus fábricas”, contó.
No obstante, las ofertas alcanzan a todos los rubros por igual: desde los locales gastronómicos, que ofrecen descuentos especiales en determinados días de la semana o por pago en efectivo, hasta otros segmentos, como los de telefonía y computación, como hace Lorena Miozzo, propietaria desde hace 17 años de un negocio de insumos para el sector en Arieta e Illia. “Con una caída en las ventas de 45 por ciento, empezamos a hacer ofertas todos los días en distintos productos con descuentos desde diez por ciento, o precios más bajos comprando en cantidad. Hacemos malabares pero sigue estando flojo”, sintetizó.