A diez años del crimen de Candela Rodríguez, el caso que conmocionó al país

El 30 de agosto de 2011 hallaron dentro de una bolsa de basura al costado de la colectora de la Autopista del Oeste, el cuerpo de Candela Sol Rodríguez de once años, quien había sido vista por última vez el 22 del mismo mes en la localidad de Villa Tesei de Hurlingham.

En el primero de los juicios durante el 2017, el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Morón, condenó a prisión perpetua a Hugo Elbio Bermúdez y a Leonardo Daniel Jara como coautores del delito de privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte y a Gabriel Fabián Gómez, a cuatro años de prisión como partícipe secundario. La Justicia confirmó dichas condenas durante junio del 2020.

A diez años del crimen, se espera el segundo juicio por los hechos, que fue pospuesto por la pandemia de COVID-19 e integrarán las bancas de los acusados por “partícipes necesarios” el narcotraficante Miguel Angel “Mameluco” Villalba, el expolicía bonaerense Sergio Chazarreta, el “informante” de la misma fuerza Héctor “El Topo” Moreyra y el carpintero Néstor Altamirano. 

En diálogo con El1 Digital, la madre de la víctima, Carola Labrador, manifestó: “A los implicados les vi la cara seis meses durante el primer juicio, se reían e incluso se burlaban. Hoy me siento igual que el primer día, lo transito con más experiencia y más dolor. Yo no creo poder ver con mis propios ojos que se haga justicia, aunque hago todo y más para que eso ocurra, pero para mí falta mucho, hay mucha mafia metida en el medio”.

A cargo de su defensa se encuentra el estudio del abogado mediático Fernando Burlando, sobre quien destacó: “Cuando lo conocí cambió toda la historia, se que me lo mandó mi hija, siempre digo que si no fuera por él yo estaría presa, por él y por Cande, que me defendió desde el cielo, ella sabía que era una injusticia que metan a su mamá presa”. 

Carola denunció muchas veces haber sido víctima de violencia institucional mientras luchaba por su hija, “me dijeron que era mi culpa, que iban a hacer todo lo posible para meterme presa, para que se termine la causa ahí”, sostuvo. Además, realizó demandas al ex fiscal general de Morón, Marcelo Tavolaro, al Gobierno de la Provincia durante 2014 y a la ex secretaria de dicha fiscalía, Guillermina Rapazzo, por “violencia contra una niña”.

Sin embargo, muchas de estas personas intentaron llevar a cabo una conciliación pero expresó: “La verdad que no me interesa en lo más mínimo, a mi no me van a devolver a mi hija y el daño que le han hecho a ella y a toda su familia es terrible. Han dicho que había sido abusada a los nueve años, que tenía una vagina de una persona mayor de edad, entre otras cosas”.  

En el aniversario de su asesinato, explicó que no realizarán una marcha ya que la familia se encuentra pasando un momento complicado por la salud de una de sus tías y llevarla a cabo sería sumarles “otro dolor más”. “Sinceramente no tengo fuerza ni ánimos, este año fue muy difícil. El mejor homenaje es honrar su nombre y limpiarlo de las barbaridades que se han dicho”, señaló y destacó la muestra fotográfica llamada “Guerreras” de Eleonora Ghioldi, donde figura su caso y puede visitarse de forma online a través del siguiente enlace: https://www.eleonoraghioldi.com/8864881-atravesadxs#9. 

Por último, enfatizó en que se encuentra muy agradecida por las redes de acompañamiento con las cuales contó, en donde se encuentran otros padres que perdieron a sus hijos, y señaló: “A las familias de las víctimas les diría que luchen y no se callen, es muy difícil salir con una foto colgada de tu ser querido, pero si no defendemos nosotros lo que nos quitaron, no lo va a hacer nadie. No tenemos que permitir más lo que nos están haciendo. Las mujeres somos tan iguales que los hombres o más, yo no entiendo por qué nos dijeron ´el sexo débil´, yo enterré a mi hija y me puse al hombro una casa”.

Los hechos

Candela Rodríguez se encontraba el 22 de agosto del 2011 esperando a sus amigas en la esquina de su casa, para dirigirse a una reunión del grupo de boy scouts al que pertenecía cuando desapareció. Tres días después, su madre organizó la primera marcha para pedir su aparición con vida y se ofrecían 100.000 pesos para quien aporte datos de su paradero.

El 28 de agosto, la tía de la menor recibió una llamada telefónica en la cual a través de intimaciones se las amenazaba con que el padre de la víctima “devuelva” una suma de dinero si quería su aparición con vida. Por último y al cabo de nueve días, hallaron el cuerpo de la niña de once años en una bolsa a 30 cuadras de su casa, a la vera de la Autopista del Oeste.