Pérez Acuña: “De chiquito, me llevaban a la cancha de Almirante”
El lateral derecho se entusiasma con su llegada al club y confiesa la ligazón sentimental que lo une al Mirasol: “Toda la familia de parte de mi mamá es hincha”.
Será un guiño del destino o, quizás, uno de esos regalos que la vida prepara en silencio y entrega en el momento menos pensado. Para Matías Pérez Acuña, regresar a jugar en Argentina es volver a sentir el abrigo del hogar. Sobre todo, si es en un club que lo abraza sentimentalmente.
“Toda la familia de parte de mi mamá es hincha y, cuando era chico, me llevaban a la cancha de Almirante”, cuenta el lateral derecho de 30 años, que se sumó al Mirasol procedente del club Alexandria, de Rumania.
La estadía en el país de Drácula se cortó abruptamente. La pelota quedó en segundo plano para el ex Vélez Sársfield y Tigre y el núcleo afectivo ocupó toda su atención. “Estuve hasta mayo en Rumania y me tuve que volver por cuestiones de salud de mi familia. Necesitaba quedarme en Buenos Aires y se dio esta linda oportunidad”, señaló.
Copa Potrero
En la segunda mitad de este año, Pérez Acuña fue uno de los tantos futbolistas profesionales que participaron en la Copa Potrero que organizó Sergio Kun Agüero. Por diversión, competencia y la necesidad de reconectarse con la pelota.
“Me recontra sirvió. Me salvó el semestre, porque estaba bajoneado y había subido mucho de peso. Por eso, cuando me llegó la invitación entre agosto y septiembre, me puse a entrenar y me terminó sirviendo un montón. Fue como una minipretemporada de diez días. Era una incógnita que terminó saliendo muy bien”, destacó.
Por último, el ex Badajoz (España) y Rapid Bucarest (Rumania) dimensionó lo que será su retorno al fútbol argentino después de cuatro temporadas en un club que se tira con todo al ascenso. “Es un lindo desafío. Brown es un equipo que siempre pelea y la gente está acostumbrada a verlo arriba. Estoy ilusionado y contento. Es una categoría pareja en la que cualquiera le gana a cualquiera”, cerró.