Intercambio escolar, otra forma de aprender

Desde el Colegio Santo Tomás de Aquino, de Ramos Mejía, alientan esta modalidad de la mano del Rotary Club. En diálogo con Radio Universidad, varios alumnos cuentan sus experiencias y destacan la oportunidad de conocer nuevas culturas.

El Colegio Santo Tomás de Aquino, de Ramos Mejía, trabaja el intercambio escolar con el apoyo del Rotary Club Ramos Mejía. De esta manera, los alumnos pasan un año en otros países para profundizar estudios y conocer culturas diferentes. En el sentido inverso, jóvenes extranjeros vienen a Argentina dentro de un acuerdo de reciprocidad.  

El director general de la institución educativa, Héctor Figueroa, manifestó a Radio Universidad que el proyecto le pareció “enriquecedor para los alumnos”. “La modalidad consiste en que un estudiante procedente de otro país venga a cursar al Santo Tomás su escuela secundaria y, por supuesto, se envían al extranjero a los alumnos locales”, explicó.

“Hay 80 países que adhieren al plan”, destacó Figueroa en diálogo con Sexto día, en el marco de un programa de intercambio estudiantil que promociona la paz y la comprensión de culturas distintas. Así, se expande “la comprensión del mundo”, según un documento de la institución, ya que los alumnos viven en hogares de familias rotarias durante su período de intercambio.

Testimonios de protagonistas

Para conocer detalles de este programa, Radio Universidad dialogó con alumnas del Santo Tomás de Aquino.

  • Elisa Bellio es de Treviso, Italia, y cuenta que encontró puntos en común entre ambos países: “Me gustó que Argentina es muy parecido a Italia, con gente muy abierta, y me adapté muy rápido”. Para la joven significó “abrir un nuevo capítulo” en su vida. Además, le llamó la atención la existencia de una colectividad italiana muy numerosa.
  • La ramense Ana Comelli estudió en Bélgica y señaló que desde chica aspiró a vivir esta experiencia: “Participé del primer intercambio después de la pandemia y exprimí Bélgica al máximo”. Además, aconsejó que nadie se pierda esta oportunidad porque “transforma a las personas” y señaló que piensa buscar otro país para “conocer otra cultura”.
  • Catalina Porqueras Figueroa, en Alemania hace tres meses, describe su vida fuera de Argentina. Valoró el aprendizaje que significa manejarse sola en un medio ajeno y se quedará hasta julio próximo, pero piensa repetir el intercambio en otro país. Con respecto a la familia que la recibió, manifestó que la trataron como un integrante más. En cuanto a la forma de relacionarse, la estudiante indicó que en Alemani es más distante: “No hay tanto contacto físico”.

Las entrevistadas coincidieron en valorar el programa de intercambio estudiantes porque es una oportunidad de ampliar la mirada del mundo, aprender costumbres diferentes y ejercitar otro idioma.