“Al menos, el 50 por ciento de los salones de eventos está cerrando”, alertan

Hace alrededor de dos meses, comenzó la tan esperada reapertura comercial gradual en La Matanza y en el resto de los municipios del Conurbano bonaerense, cuando iban casi cuatro meses de aislamiento social por el coronavirus. Pero, luego de más de cinco meses, más de un rubro, todavía, no pudo volver a trabajar, como los salones de eventos.

En diálogo con Radio Universidad, Sergio Cillia, propietario de un salón de fiestas ubicado en Mataderos, se refirió a la crisis: “Veníamos con mucho entusiasmo en el gremio, pensábamos corregir la economía porque veníamos muy devastados con los últimos años del Gobierno anterior, pero la pandemia nos obligó a cerrar. Es lógico, pero sufrimos no poder trabajar”.

“Se siguen cobrando los alquileres, algunos cobran la totalidad y otros arreglaron solo la mitad”, aseguró, aunque alertó que “al menos, el 50 por ciento de los salones de eventos está cerrando porque no puede sostener los alquileres, los impuestos o al personal”.

Con respecto a los eventos que ya habían sido señados o pagados para el presente año y no podrán realizarse ante la pandemia, indicó que “la gran mayoría de los clientes aceptó, de muy buena fe, correr las fechas porque los chicos, cuando puedan hacer las fiestas, las van a querer hacer”.

Sin embargo, advirtió: “El tema es que no sabemos si el año que viene estaremos”. “En cuanto al protocolo, se habló de vasos descartables o que cada chico lleve su vaso, los baños no se podrían usar y no podría haber más de diez personas dentro del salón. Quién tomaría una fiesta en este formato”, lamentó.

En este sentido, y ante la ausencia de un protocolo sanitario que pueda resultar (o parecer) efectivo ante el COVID-19, avizoró que la reapertura del rubro no será en el corto plazo: “Hasta que no esté la vacuna, va a ser muy difícil que los salones volvamos. Estamos pasando por un momento muy dramático”.

Por último, señaló que “si bien el Gobierno dio ayuda a muchos rubros, en los salones, hay una gran cantidad de personal, entre los efectivos, el catering y los animadores, y las ayudas no llegaron”. “Se corrigió algo con el IFE, pero muy pocos pudieron cobrarlo y, para el ATP, los salones no han registrado ese cobro porque es un movimiento bastante informal”, concluyó.