Inflación: una desaceleración insuficiente, con un costo muy elevado
El analista económico del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) se refirió a los últimos datos de inflación. Por qué el escenario es "relativamente complejo" y cómo influye en los despidos en el sector privado registrado.
Por Guido Bambini*
En primera instancia, vemos que hay una inercia de la inflación en torno al cuatro por ciento, que es difícil de romper, recordando el 4,2 y el 4,6 por ciento anteriores al dato de julio. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central también apunta a una inflación en torno al cuatro por ciento para los próximos meses.
El dato más importante es que subió la inflación núcleo, que deja afuera los precios regulados y estacionales. Esta inflación es la que refleja el comportamiento más libre de los precios. Y subió a 3,8 por ciento, llegando a 6,3 la que refiere a los servicios. Esto choca con la narrativa del Gobierno de que lo que hay que mirar es la inflación núcleo, que estaba bajando.
Este escenario es relativamente complejo en tanto y en cuanto el Gobierno nacional no pueda mantener el tipo de cambio a este nivel. Lo que explica esta cierta desaceleración de la inflación es que no se está moviendo el tipo de cambio, y hay dudas con respecto a que esto se pueda mantener en el tiempo.
El costo para mantener la desaceleración de la inflación es elevado. El principal sector de la economía que está sufriendo es la industria. La semana pasada, se dio a conocer el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM), que volvió a caer. Es el sector que peor la está pasando porque no encuentra piso.
A esto se suma una cantidad de pérdida de empleos importante. El dato del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de esta semana da cuenta de que se perdieron alrededor de 120.000 puestos de trabajo registrado en el sector privado.
El principal mandato de este Gobierno era bajar la inflación, pero está en niveles similares a los prepandémicos. Una inflación del cuatro por ciento mensual es muy alta para cualquier economía normal, por lo que todavía falta para bajar la inflación. De hecho, si, para bajar la inflación, se tuvo que enfriar la economía y bajar los niveles de actividad, esa bandera de baja de la inflación empieza a tambalear.
*Analista económico del Centro de Economía Política Argentina (CEPA)