Caso Loan: el celular de Laudelina y un enigma de 33 minutos que nadie logra descifrar

Por María Iribarne*

Loan Peña desapareció hace más de 40 días y el caso aún adolece de enigmas básicos que la Justicia no logra responder. Entre ellos, el más grande de los misterios: ¿qué sucedió en el paraje El Algarrobal, en el pueblo correntino 9 de Julio, desde las 13.52 horas del 13 de junio -cuando se tomó la última foto del nene de cinco años camino al naranjal- hasta 14.25 horas, cuando Antonio Benítez se comunicó por celular con Laudelina Peña, su esposa y tía del pequeño? Se trata de los 33 minutos que la investigación no logra reconstruir.

Con ese dato, llega la segunda cuestión: ¿por qué esa llamada duró 19 minutos? ¿Qué hablaron dos de los principales sospechosos que tiene la causa?

El aparato de Laudelina volvió a registrar actividad con una llamada entrante de Victoria Caillava, otra de las detenidas, con una duración de poco más de un minuto, a las 15.34.

Cinco minutos más tarde, la llamó su hija Macarena, pero no obtuvo respuesta. Sí volvió a atender a Benítez a las 15.42. Hablaron por unos tres minutos. A las 15.48, por primera vez, la mujer entabló una conversación con una autoridad policial: se trata de Eduardo Torres, el segundo del comisario Walter Maciel -quien también fue apresado-.

A las 15.54, el dispositivo analizado por la PFA recibió una llamada entrante de la abuela Catalina que duró 47 minutos. Laudelina volvió a comunicarse con su esposo otras cuatro veces, una vez con Caillava, y una vez más con Torres durante el día.

Por último habló por más de diez minutos, desde las 19.49, con Camila Núñez, la prima de Loan presente en el almuerzo en honor a San Antonio, y quien tomó la postal de Laudelina, Macarena, el nene desparecido y otros cinco menores rumbo al árbol de naranjas.

El dispositivo se activó a la madrugada y dejó un tercer episodio sin esclarecer. A las 2.34, Laudelina tiene una charla con “Marý Dejaroy”, a quien le avisó que Loan ya había aparecido.

A las 2.39 conversó con otra mujer de nombre Mabel, quien le consultó si su sobrino había aparecido. “Así dijo el comisario, me dejó acá (en la comisaría) y se fue porque le tenía que ver el médico”. Según indicaron más tarde, se había tratado de una falsa alarma, pero nadie explicó, hasta ahora, qué motivó a los policías creer que lo habían encontrado “asustado en una tapera”.

*Especialista en Seguridad