Se realizó una misa en La Matanza para reconocer a las cocineras de los comedores populares
“Son las que se levantan temprano para hacer la comida, las que unen, las que hacen familia en cada barrio”, expresó el obispo Eduardo García, desde el Santuario de la Virgen de Caacupé, ubicado en la localidad matancera de Ciudad Evita. La actividad se replicó en distintos puntos del país con la misma consigna: “Con la comida, no”.
El Santuario de la Virgen de Caacupé, ubicado en la localidad matancera de Ciudad Evita, fue el escenario de una misa en reconocimiento a las “madres de la Patria” que trabajan en los comedores populares. La acción se replicó en distintos puntos del país con la misma consigna: “Con la comida, no”. Cabe destacar que la definición tiene lugar en medio de la delicada situación que atraviesan los comedores y merenderos por las irregularidades en la entrega de alimentos.
En ese sentido, en comunicación con El1, el obispo de San Justo, Eduardo García, expuso que se trata de “un homenaje a las mujeres que se levantan temprano para poner las cacerolas en el fuego, pelar la verdura y hacer la comida”. “Son las que unen y hacen familia en cada barrio y las que construyen en un tiempo en donde lo único que se mira es la destrucción de la política”, enfatizó. Además, remarcó: “La Iglesia siempre ha estado junto a la gente”.
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Oscar Ojea, fue el encargado de celebrar la misa. Al momento de tomar la palabra, señaló: “Nuestra bendición para las madres que trabajan cocinando, preparando la comida y sirviéndola diariamente en los comedores”.
Sobre la labor que ellas desarrollan, marcó: “Cuántas veces esos hijos e hijas, por irse de gira por las drogas, vuelven al comedor y allá están esas madres para contener”.
“El sentido de responsabilidad tiene que ser cada vez más grande. Si alguna vez les enseñaron a no tirar la comida, hoy menos que nunca debemos tirarla porque falta en muchos lugares. Tenemos que renovar esa conciencia fraterna que nos enseña Jesús, que se compadece y no se deja vencer por la desesperanza”, exhortó.
Y continuó: “Recorriendo los barrios, espero que ese espíritu de solidaridad podamos volver a tenerlo y que cada uno sepa qué grado de responsabilidad tiene para aportar lo suyo en esta crisis”.
"De ningún partido, somos la Iglesia"
A su turno, el obispo de Gregorio de Laferrere, Jorge Torres Carbonell, auguró que “mientras algunos hablan, en La Matanza se sigue dando de comer, se sigue trabajando para multiplicar campañas que ayuden a los comedores”. “No somos de ningún partido, somos la Iglesia y nuestra vocación y nuestra entrega es a la gente”, aclaró. “Nosotros estamos presentes y no hay que perder el sentido”, cerró.
Allí también estuvo Ana Arizza, del movimiento Mil Flores, quien agradeció el compromiso de la Iglesia con los sectores populares y, especialmente, “el acompañamiento a todas las mujeres que colaboran en los comedores”. “El hambre no tiene bandería política, el dolor es de todos y este sentimiento nos une”, marcó. “Somos las mujeres las que nos ponemos al frente todos los días para que haya un plato de comida en la casa de los que menos tienen”, lanzó.
"Las mujeres están donde no está el Estado"
“La realidad de La Matanza y de las familias vulnerables se ve triste”, lamentó Arizza. “Hay chicos y abuelos con hambre porque no les alcanza para comer”, alertó. “Y genera mucha impotencia porque cada vez se cuenta con menos herramientas”, lamentó. “Las mujeres ponen su cuerpo, su amor, su esfuerzo y su compromiso para estar presentes en donde no está el Estado”, señaló.
En sintonía, desde Somos Barrios de Pie, Viviana Oscari valoró “el gran rol de la Iglesia que cobija y brinda contención”. “Estamos acá sin banderías políticas”, instió en la misma dirección que Arizza. “No tenemos que permitir que los políticos ensucien esta acción tan noble de darle de comer a los pibes y a los abuelos”, resaltó. “Somos las madres de la Patria las que levantamos las ollas y a los pibes de los barrios para darles de comer”, afirmó.
A su vez, el dirigente social Raúl Castells destacó “la jornada convocada por la Iglesia Católica en todo el país”. “Valoramos que sea una misa por los más pobres, por las mujeres que trabajan en los comedores”, señaló para luego alertar que “la miseria y el hambre es terrible”. “Un funcionario de la provincia de Buenos Aires lo dijo y es así de literal: va a haber más muertes con esta política”, detacó.
“Tenemos un 55,5 por ciento de gente en situación de pobreza y 17,5 por ciento de indigentes”, expuso. “Jamás se ha vivido algo así, tengo 70 años y nací con cuatro por ciento de pobreza. Hoy me toca ver la Argentina en un nivel que jamás creí”, reflexionó a modo de conclusión.