Un bombazo dejó al Mirasol con las manos vacías
Cuando el partido entre Almirante y Deportivo Madryn se encaminaba al 0 a 0, el volante Federico Recalde clavó un derechazo desde 30 metros que le dio el triunfo al equipo patagónico.
No fue la noche de Almirante Brown. En un partido desprolijo y con pocas emociones, el equipo aurinegro cayó este sábado 1 a 0 con Deportivo Madryn y no logró mantener el envión triunfal que había significado la victoria de la semana pasada en Rafaela.
El primer tiempo fue un compendio de brusquedades. Ninguno de los dos equipos llevó peligro al área rival y la pelota anduvo más por el aire que por el suelo. A tal punto que los arqueros (Martínez y Bonnín) casi no tuvieron intervenciones.
En el complemento, la tesitura no cambió demasiado. Si bien se generaron más espacios por la búsqueda voluntariosa de ambos equipos, la carencia de ingenio y profundidad conducía el partido a un inexorable 0 a 0. Sin embargo, casi a la media hora de juego, un zapatazo fuerte y esquinado del volante Federico Recalde sorprendió a Ramiro Martínez y decretó la apertura del marcador en Isidro Casanova.
Bronca y resignación
A partir de ese momento, el Mirasol se lanzó a la búsqueda del empate con más empuje que creatividad y tuvo la situación más clara en los pies de Gonzalo Errecalde, quien, situado en la puerta del área chica, estrelló un pelotazo en el palo madrynense.
Las caras de bronca y resignación coparon la escenografía en el Fragata Sarmiento. En el último partido en casa del Mirasol en la primera rueda, se quedó con las manos vacías sin haberlo merecido. La bendita suerte del fútbol, que a veces te besa en la frente y que en otras, por un zapatazo impensado, te da vuelta la cara.