Disfagia: cómo prevenir este trastorno de la deglución que lleva a la malnutrición

Afecta a alrededor del diez por ciento de la población mundial y una de cada dos personas con disfagia presenta un cuadro de malnutrición.

La disfagia es un síntoma caracterizado por la dificultad para trasladar, de manera segura, el bolo alimenticio desde la boca hasta el estómago. Este trastorno afecta a alrededor del diez por ciento de la población mundial. Asimismo, una de cada dos personas con disfagia presenta un cuadro de malnutrición.

Frente a la disfagia, el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires destacó la importancia de un diagnóstico temprano y un abordaje oportuno a través del diseño de un plan alimentario seguro y efectivo para los pacientes. “Disfagia y malnutrición están estrechamente relacionadas. Todo paciente con disfagia debe ser considerado de riesgo nutricional”, advirtió María Rosa Bertella, licenciada en Nutrición (MP 966), matriculada en el Colegio de Nutricionistas bonaerense.

Entre las causas más frecuentes, se incluyen algunos tipos de cáncer y tratamientos oncológicos y daños y enfermedades neurológicas, tales como el Parkinson o la esclerosis múltiple. “Es importante detectar cuando un paciente se queja que le cuesta tragar saliva, o tose cuando come o toma ciertos alimentos”, señaló María Eugenia Balbuena Aguirre, médica neuróloga y especialista en esclerosis múltiple y enfermedades desmielinizantes del Hospital de Clínicas José de San Martín.

La disfagia puede causar dos grandes complicaciones. Por un lado, neumonía, debido al peligro de la aspiración de alimentos y/o líquidos a la vía aérea. Por otro, malnutrición y/o deshidratación, producto de la incapacidad para ingerir alimentos sólidos y líquidos. Además, cabe destacar que los adultos mayores tienen un riesgo mayor de sufrir dificultades para tragar.

Diagnóstico oportuno

Desde el Colegio de Nutricionistas bonaerenses, aseguraron que un diagnóstico oportuno permite mejorar la calidad de vida de los pacientes y prevenir la malnutrición. “Los lineamientos nutricionales tienen como objetivo conseguir el correcto aporte hídrico, energético y de nutrientes. Para facilitar la deglución y reducir el riesgo de broncoaspiración o atragantamiento, es necesario utilizar dietas de textura modificada de alta densidad nutricional, con un uso adecuado de espesantes y suplementos hipercalóricos e hiperproteicos”, indicó Bertella.

Asimismo, recomendó que la consistencia de la alimentación sea blanda, homogénea y que no exija masticación. También, sugirió hacer varias comidas, de pequeños volúmenes, y aconsejó evitar alimentos que suponen un alto riesgo de atragantamiento a la hora de ingerirlos. Entre ellos, se puede mencionar a los alimentos pegajosos, fibrosos, duros, secos, con semillas, espinas o huesos.

El acompañamiento profesional en el manejo de la disfagia debe ser multidisciplinario. Siempre se tendrá como objetivo principal mantener un estado nutricional óptimo y que la persona pueda seguir disfrutando del placer de comer.