40 años de democracia: el Chalet, un espacio de historia y resiliencia para víctimas y familiares
Este espacio para la memoria comenzó a funcionar en 1981, después de que familiares de trabajadores del Hospital Posadas lucharan por conocer la identidad de los desaparecidos que habían pasado por el lugar.
El Chalet del Hospital Posadas funciona, actualmente, como un espacio para la Memoria. Todo comenzó cuando familiares de trabajadores del hospital, que se encontraban desaparecidos, empezaron a reunirse para intentar saber qué había sido de aquellas personas de las que no se volvió a saber nada. En ese contexto, la CONADEP visitó este lugar en 1984 y corroboró que allí funcionó un centro de detención clandestino en la época de la dictadura cívico-militar.
“Antes de que esto fuera un espacio para la Memoria, formaba parte de la Comisión de Derechos Humanos del hospital que se constituyó en el año 1981, cuando los familiares empezamos a reunirnos para ver qué podíamos hacer, para presentar alguna denuncia en forma conjunta", explicó a El1 Zulema Chester, coordinadora de Derechos Humanos de El Chalet.
La coordinadora añadió que "a partir de ahí seguimos trabajando; hicimos primero la denuncia en la CONADEP, como trabajadores del hospital, que habían sido damnificados por la dictadura y, a partir de allí, nos fuimos presentando en todos los juicios”.
“Eso hizo que tengamos algunos represores detenidos que después fueron liberados por la Obediencia Debida y el Punto Final, algunos volvieron a ser detenidos”, añadió al tiempo que recordó: “Después nos tocó el Dos por Uno y los avatares de estos 40 años de democracia nos han acompañado y nos han hecho transitar todo este camino no nos faltó punto por tocar”.
“La CONADEP vino en 1984 y corroboró que esto fue un centro clandestino el juicio de las juntas y todo este camino de juicio”, rememoró.
Asimismo, comentó que “El Chalet” tuvo múltiples funciones con el retorno de la democracia: “Primero fue como escuela primaria para los hijos de los trabajadores del hospital; una decisión que fue casi en paralelo a las leyes de de Obediencia Debida y Punto Final, más tarde pasó a ser una escuela de enfermería en un convenio del hospital con la facultad de la UBA hasta el año 2019, que fue donde se logró que este espacio en su totalidad quede a disposición de lo que hoy es la coordinación de Derechos Humanos”.
La constante lucha por mantener viva la memoria
Cristian Grana, supervisor del espacio, indicó: “Las visitas guiadas son una de las tareas que más realizamos acá. Ahora se pueden hacer de una forma mucho más completa ya que antes había que avisar y consensuar con enfermería porque muchos de los lugares que son testimonio material para los juicios estaban ocupados y funcionando como aulas”. “Tenemos serios problemas edificios que no nos permiten materializar al cien por ciento lo que es la refuncionalización del lugar como espacio para la memoria”, sumó.
“Nosotros lo hacemos con todos los condicionantes y las limitaciones de un lugar que tiene un gran deterioro y falta que se ponga en marcha mucho trabajo de reparación que insistimos en que se haga y se vaya dilatando y con el correr del tiempo, se acentúa la problemática", añadió.
El coordinador manifestó que "es importante decir que la recuperación del espacio tiene mucho que ver con dos cosas: por un lado, un convenio que se fue trabajando hace años con secretaría de Derechos Humanos para que se pueda materializar y lograr que funcione en su totalidad como espacio para la Memoria, pero algo que le dio mucha fuerza y que hizo que las autoridades del hospital no puedan mirar para otro lado fue el hallazgo de Jorge Mario Roitman un médico que es uno de los doce compañeros detenidos, desaparecidos acá a pocos metros del chalet y hallado a fines de 2017 y qué terminó de darle impulso a este proyecto y a movilizar a la Escuela de Enfermería hacia otro edificio”, detalló Grana.
“Yo soy hija de uno de los desaparecidos de este hospital que pasó por este chalets y lo que hacemos acá significa fundamentalmente mantener viva la Memoria, no solo de lo que pasó como algo trágico y algo traumático, sino como algo que vino a golpear y a romper un proyecto de vida de salud diferente los desaparecidos o la generación de trabajadores, en ese momento trabajaba y quería un hospital abierto, quería un hospital con mejor calidad de salud con mejor calidad de atención”, contó Zulema.
En lo que respecta al cuidado y mantención del espacio, insistieron en que es muy difícil dejarlo en buenas condiciones: “Estamos prácticamente en el medio de de un parque, eso hace que cuando llueve nos va a tocar el viento; es difícil mantenerlo, pero bueno, los trabajadores y también la gente de parques y jardines nos ayuda; hay un buen equipo y conciencia. A lo largo de todos estos años se generó mucha conciencia sobre la necesidad de sostener este espacio y la verdad es que los trabajadores colaboran con eso y la importancia de mantener este espacio y en esos 40 años hemos pasado por todas las instancias”, indicó.
El hallazgo del cuerpo de Jorge Roitman, 40 años después
En lo que se refiere a las leyes de indulto y Obediencia Debida, además del dos por uno el aseguraron que fue un golpe muy duro: “Fue realmente muy fuerte porque querían beneficiar a un represor de este hospital y porque fue prácticamente en simultáneo con el hallazgo del cuerpo del doctor Jorge Roitman que estuvo también prácticamente 40 años ahí enterrados sin que nadie supiera, mientras lo buscaban por otros lugares”, señaló.
En ese sentido, aseguraron que el hecho de que aparecieran los restos del médico desaparecido en 1976 fue vital para obtener este espacio de la memoria y para concienciar acerca de lo que ocurrió en esa época. “Eso fue muy importante porque se le dio identidad, sepultura y la familia pudo cerrar ese círculo y el hospital también porque de alguna manera, si bien todo el mundo sabe lo que pasó es como que bueno acá sabe hay como una fantasía de no querer ver, de no querer saber”, explicó Grana.
“Encontrarlo ahí, a pocos metros fue movilizante porque cuando pasó el cortejo fúnebre por la rotonda de la entrada principal del hospital, en las escalinatas estaban los trabajadores y las trabajadoras que lo pudieron despedir con un aplauso fue muy emocionante para todos y eso fue una sacudida que despabiló a todos”, cerró.