“Caparazones” y “Amérika”: dos cortometrajes del Oeste sobre la importancia de la democracia
Los filmes fueron desarrollados por el cineasta y docente de Haedo, Eduardo “Koko” Elli. “Nuestro aporte desde el cine y la educación es intentar que los discursos de odio no avancen más”, destacó el realizador audiovisual en diálogo con El1.
Sea un filme de animación, experimental, documental y/o de ficción, cada obra audiovisual permite representar ideas que, quizás, en algunos medios de comunicación hegemónicos no tienen lugar y, a su vez, lo presentado en pantalla invita a la reflexión crítica y participativa del público. Este lunes, en el marco de la celebración de los 40 años de democracia ininterrumpida en el país, la comunidad cinéfila del Espacio INCAA Gaumont realizó un Maratón de cortos alusivos a la temática y, dentro de la programación, participaron dos filmes provenientes del Oeste: Caparazones (2018) y Amérika (2022), creados por el cineasta y docente de Haedo, Eduardo “Koko” Elli.
“El balance luego de la proyección fue nutritivo y enriquecedor, ya que estuvieron presentes compañeras y compañeros realizadores, parte de los equipos técnicos, y mucho público del Cine Club. Además, pudimos hacer un breve intercambio. De alguna manera, fue una oportunidad para seguir mostrando los materiales en el marco del aniversario de la democracia y en un momento político tan particular y preocupante en el que tenemos una candidata a vicepresidenta que es una negacionista serial, de quien sabemos sus vínculos con la cúpula de la dictadura cívico militar que ha perpetrado semejante cantidad de torturas, desapariciones, violaciones de Derechos Humanos y robo de bebés”, planteó Elli.
A continuación, agregó: “Que estos discursos de odio estén nuevamente en boga y, de alguna forma, ocupando tanto espacio en la agenda de los medios de comunicación es algo que debemos resistir. Tenemos que volver a pensar qué errores se han cometido desde la construcción de las memorias para que todavía haya gente que sienta el impulso de negar lo que sucedió. Reivindicamos el 'Nunca más' y la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo. Nuestro humilde aporte desde el cine y la educación es intentar que estos discursos de odio no avancen más. Por otro lado, hay que seguir hablando de la importancia del INCAA, para que no se cierre, es un organismo fundamental para que exista el cine argentino que nos representa, que construye identidad y nos da soberanía audiovisual”.
El relato de Caparazones se sitúa en Buenos Aires, el 2 de diciembre de 1990. Allí, Tobías tiene seis años y ata a su tortuga Amapola para que no se le pierda. Santiago, su papá, es un militar que participa en la organización del "alzamiento carapintada" desde las sombras. “Cuando sucedió ese hecho yo tenía diez años, fue un momento muy intenso y movilizante. Preguntaba a mi familia qué era lo que estaba pasando y me decían 'vuelven los milicos', 'viene otra vez la dictadura', estaba un poco aterrado y no terminaba de entender muy bien cómo era posible que volviera a suceder eso”, recordó Eduardo.
El videoclip de Amérika, canción de la banda EU SEI, es un videocollage nacido al calor de las luchas latinoamericanas de ayer y hoy. La intención fue, mediante un devenir de ilustraciones, archivos intervenidos y yuxtaposiciones, construir un enérgico entramado donde convivan los sueños colectivos de la Patria Grande. “La única lucha que se pierde es la que se abandona, y a través de ese videoclip de tres minutos se condensaron y aunaron todas esas luchas que son tan inspiradoras, sobre todo en el contexto actual”, planteó el cineasta.
Por un lado, Caparazones se rodó durante un fin de semana largo de noviembre, en una sola locación, que fue una casa de Morón. Por otro lado, Amérika implicó un trabajo principalmente artesanal y colectivo, con postproducción a distancia, contextualizada en la pandemia.
“Caparazones fue recibido de una manera muy interesante. Abre el debate sobre una memoria bastante reciente para el contexto histórico argentino, y el punto de vista elegido es poco habitual, ya que es el de un niño hijo de un militar participante del alzamiento cara pintada. Desde esa mirada infantil se critica el horror y la búsqueda de la impunidad que estaban persiguiendo los militares en ese momento. Las repercusiones siempre han sido muy positivas, en el sentido de seguir luchando por la Memoria, la Verdad y la Justicia, a partir de puntos de vista innovadores. Mientras que en Amérika son interesantes las devoluciones debido a que nombran la búsqueda de un criterio de unidad en términos latinoamericanos, de pensarnos como un todo, con nuestras diferencias y diversidades, donde podamos eliminar la pobreza y la exclusión, y todos tengamos igualdad de oportunidades”, concluyó el realizador del Oeste.