La peregrinación a Luján, “un lugar de expresión del corazón del pueblo”

Así lo describió el obispo de la Diócesis de San Justo, Monseñor Eduardo García, al anticipar la procesión que se realizará el sábado 30 de septiembre.

En su edición número 49, el próximo sábado, parroquias, iglesias y personas de forma independiente de todo el país realizarán la peregrinación hacia la Basílica de Luján para venerar a la Virgen en el Santuario de Nuestra Señora de Luján

Monseñor Eduardo García, obispo de la Diócesis de San Justo detalló a El1 que, con motivo de preparación para la procesión, la imagen de la virgen peregrina visitará todas las parroquias del Municipio “para que la gente le pueda rezar, llevarle sus intenciones y así poder transmitirle todo aquello que tenga en su corazón”.

Puerta de Hierro, Villa Palito y 17 de Marzo son algunos de los barrios de las inmediaciones de la parroquia San José que visitará la Virgen de la comunidad. “Estamos con mucha esperanza para esta nueva peregrinación. San Justo camina con mucha alegría y mucha fuerza”, compartió Alan Morales, joven animador de la Diócesis de la localidad cabecera del partido.

En ese sentido, García sumó: “El peregrino que va caminando a Luján no es de ir habitualmente a una parroquia, es un peregrino miembro del pueblo de Dios con mucha fe que encuentra, en el momento de la caminata, la ocasión para expresar sus sentimientos, emociones y adoración a la Virgen”.

Más allá de la religión

“Este es un hecho del pueblo de Dios donde las parroquias ofrecen el servicio para acompañar al caminante. Como la gran mayoría de los peregrinos no pertenece a ellas, es un momento muy lindo y de comunión entre aquellos que, por ahí, tienen su fe más comprometida con la causa y aquellos que viven el día a día”, resaltó el obispo. Además, manifestó que la procesión sucede en momentos “muy especiales” del país.

De acuerdo con el relato, el culto surgió como “una respuesta a algo que estaba pidiendo el pueblo” cuando “no había lugar de expresión social”, por lo cual, no solo se trató de un evento puramente religioso, sino más bien de “un lugar de expresión del corazón del pueblo”. “Cada año, la peregrinación acompaña el ritmo de lo que está viviendo la Argentina”, reflexionó García.