Un viaje esperado y necesario: los veteranos de Malvinas matanceros regresaron a las Islas

Un grupo de 14 excombatientes y tres familiares de soldados caídos recorrieron los puntos donde se libraron los combates y rindieron homenajes en el Cementerio de Darwin. “Es difícil describir las sensaciones que se viven allí”, expresó Antonio Lanzillota, veterano de guerra, en comunicación con El1.

El viernes 8 de septiembre, un grupo de 14 excombatientes matanceros que integran el Centro de Veteranos local, junto con tres familiares de soldados caídos, emprendieron un histórico viaje a las Islas Malvinas. Para muchos de ellos, se trató del primer retorno desde 1982 y un reencuentro con su pasado a través de un recorrido diseñado con el objetivo de visitar cada uno de los lugares donde se libraron los combates.

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En comunicación con El1, Antonio Lanzillota, excombatiente y miembro de la comisión del Centro de Veteranos local que regresó a Malvinas, compartió sus vivencias e impresiones, a 41 años del conflicto bélico. “Yo ya había viajado a las Islas por mis propios medios en 2008 junto a cuatro compañeros más, y este año volví porque salí sorteado. Puedo decir que las experiencias de ambas visitas fueron muy distintas, principalmente porque en esta última oportunidad se trató de un viaje con un grupo grande de compañeros”, explicó.

En 1982, Lanzillota integraba el Grupo de Artillería Aerotransportado N° 4, una unidad paracaidista que tiene asiento en la provincia de Córdoba, y la Compañía de Caballería Blindada N° 10. En 2008, y en compañía de cuatro compañeros más (dos de su unidad), recorrieron las posiciones donde estuvieron en combate. Para el nuevo viaje realizado semanas atrás, la realización de un cronograma les permitió a los 17 excombatientes y familiares recorrer cada uno de los puntos donde los veteranos dejaron su huella, siempre alrededor de Puerto Argentino.

“Al hacerlo, aprendí muchas cosas y supe de muchas anécdotas que, a veces, tenemos guardadas y con el tiempo nos vamos olvidando un poco; al escuchar a otro compañero, esa memoria nos hace click y recordamos momentos a raíz de lo que uno escucha. Eso fue muy enriquecedor y me hizo dimensionar aun más la idea que yo tenía de Malvinas: para mí fue algo impresionante todo lo que pasamos en el ’82, pero uno no se daba cuenta en ese momento, ya sea por la edad o por la limitación de los lugares donde nos movimos. Pero nos hizo ampliar y magnificar nuestra visión”, aseguró.

El recuerdo a los héroes caídos

El momento más emotivo, el que según Lanzillotta “justifica volver a Malvinas”, es el encuentro con el Cementerio de Darwin: “Estar allí es impresionante. Es difícil describir las sensaciones que se viven allí, al respirar ese aire frío. Es muy particular y fuerte, para mí fue tremendo. En mi caso, llegué a colocar un símbolo que identifica a los paracaidistas a Eduardo Antonio Vallejos, un amigo que falleció a cuatro o cinco metros de donde estaba yo. Fue algo enorme, un desahogo y algo que tenía pendiente desde mi primer viaje”.

Los tres familiares de soldados caídos que acompañaros a los veteranos para recordar a sus seres queridos fueron Graciela Cao, hermana de Julio Cao, quien combatió en el Regimiento de Infantería Mecanizado N° 3 de La Tablada; Juan Iñiguez, hermano de Godofredo Omar Iñiguez, del Batallón Blindado de Infantería de Marina de Tierra del Fuego, y Marcos Torrez, hermano de Omar Torrez, quien combatió en el Escuadrón Blindado N° 10 de La Tablada.

“Para mí fue un honor y un privilegio conocerlos y compartir charlas. En el caso de Graciela, me contó detalles y situaciones cotidianas de la vida de Julio que desconocía, lo que fue muy gratificantes porque aprendí a conocerlo mejor, ya que no tuve el honor de hacerlo en Malvinas. Para todos nosotros fue muy reparador estar en el Cementerio: a veces decimos que haber ido sirvió para alivianar un poco la mochila que la mayoría de nosotros llevamos. Todos nos descargamos y desahogamos”, expresó Lanzillota.

Al regresar del viaje, Graciela Cao reflexionó sobre su paso por las Islas a través de diversos videos realizados por el Centro de Veteranos. “Este viaje lo hice con el corazón y con la idea de cerrar una etapa. El hecho de volver por segunda vez a la tumba de Julio me hizo sentir su presencia en cada uno de los lugares de Malvinas donde él estuvo, y aceptar que murió dando su vida por la defensa de nuestro territorio”, compartió. Por su parte, Juan Iñiguez expresó: “Haber podido regresar a Malvinas para visitar a mi hermano, después de 24 años, fue una experiencia única y de una alegría inmensa. Siento mucho orgullo”.

Mientras tanto, Roque Arrieta, quien formó parte del Regimiento de Infantería Mecanizada N° 3 de La Tablada, regresó por primera vez a las Islas, luego de 41 años. “Me cuesta explicar con palabras todo lo que siento. Se trata de cerrar un círculo que ha quedado abierto, porque no hemos podido despedir a todos esos compañeros que hoy son las centinelas de nuestras Islas. Cuando terminó la guerra, cada uno de nosotros regresó a sus unidades y no pudimos elaborar el duelo. Este viaje, de alguna manera, permitió eso”, cerró.