Alan Daicz, detrás de “Tolo” en “ATAV 2”: “Lo que uno interpreta también afecta su vida”
El actor integra el elenco de la segunda temporada de “Argentina, tierra de amor y venganza” (El Trece). Habló acerca del impacto físico y emocional del personaje y sobre la grabación de las escenas de violencia de género. Las bisagras de su camino artístico y sus convicciones.
Hay ocasiones en que los personajes de una telenovela traspasan la pantalla, por ejemplo, cuando sus actos y propósitos despiertan sentimientos positivos, negativos, y/o ambiguos, en la audiencia. A lo largo de los capítulos de la segunda temporada de Argentina, tierra de amor y venganza (ATAV 2), Bartolomé “Tolo” Montes de Oca se ha ganado el odio del público, gracias a la comprometida y movilizante actuación de Alan Daicz y a la minuciosa labor del equipo autoral. Dentro de la ficción audiovisual ambientada en la década de 1980, que se emite cada noche por El Trece, el actor encarna a una persona machista y peligrosa que ejerce violencia de género sobre su esposa Luján (Belén Chavanne).
Cabe recordar que, antes de su actuación en Argentina, tierra de amor y venganza 2, Alan fue Abel Álzaga en algunos episodios de la primera temporada de la tira diaria, cuya historia se enmarcó en el período 1930-1940 y se emitió en 2019. Años más tarde, ante las especulaciones en torno a una posible continuación histórica del proyecto, volvió a aparecer su nombre en Polka. Es que, uno de los productores generales, Diego Andrasnik, había visto al actor tanto en la serie Entre hombres como en el filme Noche americana y le habían gustado sus labores.
Luego, a través de su representante, Daicz recibió la propuesta de audición para ATAV 2. La misma estuvo a cargo de Florencia Limonoff y se desarrolló a fines de 2021 de manera virtual, un formato que era bastante habitual en el contexto pandémico. En cuanto a la dinámica del casting consistió en transitar la amplia paleta de matices de “Tolo”, pasando por su faceta cálida y divertida, pero, sobre todo, por su agresividad. De hecho, para ese momento, el artista ya sabía que el personaje sería maltratador y estaría involucrado en una historia de violencia de género.
“Durante un mes y pico no tuve novedades y supuse que, como en tantos castings en los que uno no queda, habían elegido a otro actor, lo daba por perdido. Me fui de vacaciones con mi novia y, el 7 de enero de 2022, ¡sonó el teléfono! Era mi representante, para decirme que estaba seleccionado para 'Tolo', que no me había avisado antes porque estaba ultimando detalles del contrato. Me quedé tranquilo ¡y me mejoró mucho las vacaciones!”, contó entre risas.
Y, a continuación, recordó: “Tenía miedo de que, si se enteraban que había estado en la primera parte de ATAV, me bajaran de la segunda. Entonces, no dije nada a nadie, lo tuve muy en secreto, hasta que llegó una reunión con los directores Sebastián Pivotto y Alejandro Ibáñez, junto a Belén Chavanne, que ya estaba seleccionada. Lo crucé a Pivotto y me dijo '¡Qué hacés, Alan querido! ¡Te dije que ibas a tener más personaje, qué bueno estuvo lo que hiciste!' Y ahí me acordé de que en la primera temporada él me había dicho que estaba muy conforme con mi laburo. Por lo tanto, cuando vi que me recordaba, al igual que el asistente de dirección Matías Dalsgaard -que me dijo '¡Qué bueno tenerte de nuevo acá!'-, me relajé, ¡ya no había nada que esconder!”
El camino hacia el personaje
Argentina, tierra de amor y venganza segunda temporada transcurre en la ciudad de Buenos Aires, luego de la vuelta a la democracia en el país, por lo que se encuentra con aires de cambio, surgidos después de la última dictadura militar y del regreso de quienes tuvieron que exiliarse. Y, entre las modificaciones que la sociedad está viviendo, los sujetos de la historia deben luchar por el amor, la búsqueda de la verdad, la dignidad, sus derechos y justicia, atravesando un camino con obstáculos, traiciones, desilusiones, venganza, odios y pasiones, en un país que avanza hacia la libertad, pero aún con mucha oscuridad por transitar.
Para emprender el viaje temporal, Alan se reunió a lo largo de dos meses, una vez por semana, con un profesor de Historia que había tenido en la escuela secundaria, y así se puso a tono con el período abordado en la ficción audiovisual, pero, también, con lo que sucedió hasta llegar a ese momento. Todo ese bagaje lo trasladó a Bartolomé Montes de Oca, ya que así comprendería mejor la ideología del papel ficticio, especialmente en lo vinculado a los gobiernos de facto, la discriminación, el patriarcado y la violencia.
Respecto a la construcción física de su personaje confió en las decisiones de los profesionales de maquillaje, peinado y vestuario. “Tolo” se caracteriza por su rostro afeitado, sin barba, y por un peinado clásico donde resaltan sus patillas. Su vestuario hizo que el actor pensara en los marines bien posicionados económicamente, en sus formas de mirar y en sus movimientos rectos, con la postura erguida. A su vez, vino a su mente su abuelo “de la vida real”, quien fue marino y, si bien no lo conoció personalmente, tenía referencias suyas gracias a su madre.
“Vi películas de la época, para encontrar modismos y saber cómo se movían las personas. Mi vieja se casó en 1984, el mismo año en el que se casó 'Tolo' con Luján. Así que miré el video de casamiento de mi mamá, y presté atención a cómo se movían los amigos del marido, que no es mi papá, sino su primer matrimonio, y así fui absorbiendo, me puse en modo esponja. Por otro lado, de por sí a mí me gusta la música de los '80, pero con la excusa de la novela me puse a escuchar mucho más, sobre todo internacional, disco, con la que asociaba a mi personaje, porque las bandas de acá, como Sui Generis, las vinculaba más a Segundo ('Tato' Quattordio) o a Antonio (Toni Gelabert)”, describió.
Y, en cuanto a la psicología del papel, señaló: “Fue ubicarme en la cabeza de un psicópata, de una persona mentirosa, impune, posesiva y violenta. Para eso no me tuve que ir tanto para atrás en el tiempo, porque hoy los 'Tolos' abundan, lamentablemente, y hacen creer que van a cambiar. Había ciertos highlights (destellos) de su psiquis que eran la guía. Y yo me involucro muchísimo con los personajes, justamente me gusta actuar no solo por estar en el set, sino por toda la parte previa de investigación, análisis y composición”.
Impacto físico y emocional
Aunque los actores interpretan a otras personas -ya sea que estén inspiradas en sujetos verídicos o que hayan nacido directamente para la ficción-, para alcanzar la verosimilitud de las mismas experimentan en 'cuerpo y alma' todo tipo de circunstancias, las cuales pueden repercutir, en mayor o en menor medida, en las vidas de los intérpretes.
Sobre el costo físico de haber sido “Tolo”, Alan precisó el día en el que se quebró su mano. “Eso fue bisagra, fue decir 'está bueno dar mucho, pero no todo literalmente'. En esa escena, que fue en el capítulo 16, 'Tolo' llamaba al hospital y Luján no estaba, entonces, cuando ella llegó y le dijo que sí había estado, él le pidió que no le mintiera, se puso muy agresivo y empezó a gritar. Ahí fue el golpe en la pared, que no tenía que hacerlo, incluso esa fue la toma que quedó y salió al aire. Me quebré el quinto metacarpiano de la mano, que me quedó negra, me ponía hielo y me dolía moverla. Cuando se fue el moretón, me seguía doliendo, me hice una placa y me dijeron que estaba quebrada. No me iba a poner un yeso, por lo tanto, me pusieron una férula por dos meses. Hoy, si tengo una escena así, avisaría antes y se pondría alguna colchoneta, hay formas de hacerlo sin ponerse en riesgo físicamente”.
Por otro lado, a nivel emocional, marcó: “Tuve la suerte de trabajar con una compañera maravillosa como es Belén, una actriz que admiro muchísimo y que es muy sensible. Por una cuestión de roles, mi personaje ejerce violencia sobre el suyo. Yo ponía todo para que fuera verdadero, y ella igual. Por lo tanto, las escenas de violencia no eran incómodas porque teníamos mucha confianza y sabíamos que nos cuidábamos, pero sí es cierto que tocábamos fibras emocionales muy oscuras y feas. Los dos teníamos presente que son cosas que pasan, que hay muchos tipos así, y muchas mujeres sufriendo como ella, entonces, con esa responsabilidad de contar la verdad, se sufría. Cuando teníamos que hacer escenas de peleas y maltrato, yo salía muy mal, o sea, para mí era un día oscuro y triste, con un sabor amargo”.
Y, luego, añadió: “En la escena en la que 'Tolo' le golpeó la cabeza a Luján -y después ella se fue de la casa por un tiempo-, cuando dieron corte, Belén siguió llorando. Me acuerdo que me acerqué y le acaricié la espalda, la trataba de contener, fue muy fuerte. Transitamos lugares feos emocionalmente para poder darle al público la mayor verdad posible. En algún punto, lo que uno interpreta también afecta su vida, por lo menos en mi caso”.
Más allá de la ficción
Muchas veces la ficción resulta un canal importante para abordar determinadas temáticas sociales. ATAV 2 no solo se emite cuando en el país se cumplen 40 años de democracia ininterrumpida, invitando a fortalecer la memoria y a no olvidar los trágicos hechos que ocurrieron en Argentina durante la última dictadura militar, sino que, además, vuelve a visibilizar con responsabilidad la problemática de la violencia de género.
“Con Belén éramos los que llevábamos adelante la trama de la violencia de género, y también con toda la familia de su personaje. Por ejemplo, Sara (Gloria Carrá) apaña a 'Tolo' y minimiza lo que pasa, eso es algo increíblemente verdadero. Cuento una infidencia, porque tengo la autorización para hacerlo. En los '80, mi madre tuvo un novio, que no fue mi papá – que era un tipo maravilloso-, que ejerció violencia sobre ella, psicológica y física, la quiso matar. Fue tremendo lo que vivió mi vieja en ese entonces. Y la madre del tipo lo apañaba y decía 'viste cómo es Anita, cómo exagera, es provocadora y lo vuelve loco'”, transmitió Daicz.
Otro de los tópicos que se retrata en la tira diaria es la discriminación que padecen personajes como Segundo, Toni y sus amigos en relación con su sexualidad. “Estos temas interpelan tanto a la sociedad, como la lucha de los gays a través de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) y sus reuniones, todo lo que es la homofobia y las golpizas de los policías, que no es tan lejano”. Y, acto seguido, aclaró: “Si bien ATAV tiene muchos tópicos negativos, la sociedad tiene muchos tópicos negativos a superar”.
Una votación entre risas y reflexiones
“Si supieras que una persona con problemas de salud mental fuera tu vecina y pudieras evitarla levantando la mano en una reunión de consorcio. ¿Qué harías?”. Esa es la premisa que atraviesa la comedia dramática teatral Votemos, en la que Alan forma parte del elenco, junto a Agustina Cherri, Gustavo Garzón, Juan Gil Navarro, Virginia Lago, Muriel Santa Ana, Carlos Portaluppi y Tomás Kirzner. Días atrás fue declarada de “Interés Cultural” por el Ministerio de Cultura de la Ciudad.
“Mi personaje es Joaquín, quien vivirá en uno de los departamentos. Ahí arranca una serie de prejuicios y conflictos sobre cómo va a venir al edificio alguien con problemas mentales. Y es muy interesante el desarrollo porque plantea si los que tienen problemas mentales son realmente las personas peligrosas, o quienes no tienen un diagnóstico de salud mental pueden ser mucho más peligrosas. La obra invita a reflexionar acerca de cómo integrar a la sociedad a personas que han sido excluidas durante mucho tiempo por tener una alguna condición o patología”.
Aprendizaje y disfrute proyecto a proyecto
Bomba. Así se denomina la película de Sergio Bizzio que Daicz coprotagonizó con Jorge Marrale hace una década. A modo de juego de palabras con dicho título, el actor reflexionó sobre cuáles fueron las “bombas” que “explotaron” en el transcurso de su camino, y que le revelaron diversas cuestiones personales y/o profesionales.
“¡Hubo muchas bombas! Y fue un tema de análisis en terapia, en cuanto a no idealizar un año determinado, pensando 'ésto fue bárbaro y lo que estuvo antes y después no tanto'. Creo que la primera explotó cuando tenía 16 años, que interpreté a Bruno en la película Un amor y me adentró en el cine. Después he filmado bastante: El Resquicio en Colombia, con 17 años y un protagónico absoluto, ¡fue un desafío enorme!; protagonicé con Marrale; hice 2001: mientras Kubrick estaba en el espacio, que disfruté muchísimo en un momento de mi vida re importante, ya que había pasado un año de que había muerto mi papá y encontré en el director Gabriel Nicoli una persona súper cálida; participé en ATAV 2; fui dirigido por Damián Szifrón en Relatos Salvajes; filmé en Bariloche Wakolda con Lucía Puenzo; y ahora hago Votemos en teatro”, enumeró contento.
Por último, destacó la primera obra de teatro en la que participó, Fraternal, escrita y dirigida por Nicolás Condito, con las actuaciones de Agustin Pardella y Candelaria Zambrana. “La hacía una vez por semana y era muy feliz, así que para mí también fue un momento bisagra. En terapia aprendí que mi vida se compone de muchos factores, algunos no tan grandes, que llevan a algo muy grande, y otros que quizás son muy grandes para el exterior, pero internamente no se sienten tan así, entonces es relativo. No es que quiero ser famoso, ni quiero 'pegarla'; ¡a mí me gusta actuar! Si puedo vivir de la actuación, viviré de la actuación, y si no puedo hacerlo, trabajaré de otra cosa y seguiré actuando, no es un impedimento”.