“Las bellas almas de los verdugos”: aventura, misterio y tragedia en la pantalla chica

Cada viernes a las 23, cuando los espectadores sintonizan la Televisión Pública en sus televisores, emprenden un viaje audiovisual hacia el pasado, precisamente a Buenos Aires en el año 1956. Es que, ese día, se emite la nueva serie del canal, Las bellas almas de los verdugos, dirigida por Paula de Luque, escrita por Bruno Luciani y la propia De Luque, y basada en una obra de Marcelo Figueras.

El relato sigue la historia de Rodolfo, antes de “ser” Rodolfo Walsh (Diego Cremonesi). Se trata de un joven escritor policial y traductor argentino, que resulta testigo involuntario de un levantamiento contra la dictadura de aquel entonces -aplastado violentamente-. Al poco tiempo, recibe la noticia de que hay sobrevivientes de esa masacre. Y junto a su joven compañera de trabajo, Enriqueta (Vera Spinetta), emprende una aventura de investigación que los llevará al centro del laberinto del poder y que los unirá afectivamente para hacer frente a una serie de peligros e intrigas.

Además de Walsh y Enriqueta, se abordan las circunstancias alrededor de diferentes personajes, como son los sobrevivientes de los fusilamientos -interpretados por Nicolás Pauls, Fabio Aste y Gustavo Pardi-, los muertos -como es el caso del papel encarnado por Fabio Di Tomaso- y la madre de Enriqueta -personificada por Eugenia Alonso-.

“Lo especial de este proyecto es que está basado en un hecho histórico puntual, trágico, horrible, lamentable. De alguna manera me entusiasma poder ser un granito de arena en una historia que se está contando, que fue bastante oscura y fea de este país. También es la forma de seguir generando memoria, de que haya una continuidad de pensamiento, y de que los hechos no se borren, sino que sigan estando presentes”, manifestó Di Tomaso.

Por su parte, Pauls expresó: “Más allá del personaje que me invitaron a caracterizar, cualquier rol dentro de la historia para mí ya era suficiente, porque desde hace mucho tiempo quería ser parte de algo que tuviera que ver con ese momento de la Historia Argentina”. Asimismo, sobre la composición de un personaje del pasado, señaló: “Hay algo que tiene que ver con no haber vivido ese momento, imaginar, pensar o trabajar en función del conocimiento que tengo de lo que sucedió. Es pararse desde otro lugar y estar en algo que no atravesé”.

En sintonía con esta última cuestión, Aste compartió: “Amo hacer cosas de época porque te sitúa en un contexto, en una historia diferente a aquella en la cual vivís. Componer un personaje que camina distinto, respira distinto, ve cosas diferentes a las que vemos hoy, me parece un desafío maravilloso, que siempre me encanta hacer. Aparte lo tenés que hacer de la mano de los demás equipos, con gente de maquillaje, peinado, vestuario, aparte de la dirección y la producción. Así que me parece un viaje muy alucinante de hacer, muy grato”.

Alonso, que tuvo una participación especial dentro de la serie, planteó: “Es un material muy sensible, porque también es sobre un personaje de nuestra Historia, un periodista que terminó siendo asesinado por sus ideas. A partir de su profesión, él pudo observar estos hechos históricos, de injusticia social, y le hizo tomar partido con respecto a sus principios, a su opinión, y a su rol como periodista político. Así que no solo está el valor artístico de la serie, sino también el de Rodolfo Walsh”.

Por último, Pardi expuso el valor de contar un relato que no solo brinda entretenimiento sino, también, reflexión: “Es fundamental que la ficción también ofrezca historias para pensar, y para saber en muchos casos. Por ahí hay un público más joven que no está muy relacionado con el libro o con la vida de Walsh. Entonces, a través de esta serie de ficción, que tiene elementos de la vida real, ojalá se despierte el deseo de investigar, estudiar, leer Operación Masacre, o a Walsh en general quienes no lo conozcan tanto”.