Momento emotivo: los hermanos Marisol, Nicolás y Florencia Otero cantaron y grabaron por primera vez junto a su mamá, Susana Bahal
El encuentro artístico se dio en el marco de las “HBO Max Music Sessions” y fue compartido en Instagram. La familia oriunda de Isidro Casanova interpretó la canción “Se me escapa el tiempo” (“Slipping Through My Fingers”), de ABBA, que aparece en el filme “Mamma Mia!”
En el transcurso de sus trayectorias, los hermanos Marisol, Nicolás y Florencia Otero concretaron diversos sueños, con proyectos individuales o grupales, arriba de un escenario, frente a una cámara o adentro de un estudio. Y, esta vez, cumplieron un anhelo familiar, ya que cantaron y grabaron por primera vez junto a su mamá Susana Bahal, quien nunca se había animado a probar una experiencia musical de este tipo por distintas circunstancias de su vida. El ensamble artístico se enmarcó en las “HBO Max Music Sessions”, donde los intérpretes oriundos de Isidro Casanova hicieron una cálida versión del tema de ABBA “Slipping Through My Fingers”, traducido al español como “Se me escapa el tiempo”, que integra la banda sonora del filme Mamma Mia!
La idea inicial surgió con Florencia, ya que la plataforma de streaming HBO Max la había convocado para publicitar diferentes películas presentes en el catálogo. Entonces, para hacerlo de un modo creativo, se le ocurrió abordar las recomendaciones cinematográficas de manera musical. En la lista aparecía el famoso largometraje protagonizado por Meryl Streep y Amanda Seyfried, que podía sugerirse en octubre por ser el mes en el que se celebra el Día de la Madre.
Por lo tanto, convocó a su hermana mayor, Marisol, ya que ella, años atrás, había interpretado a Donna en la versión teatral nacional del musical y, tiempo después, habían grabado juntas el tema “Se me escapa el tiempo”, en el disco Musicales on the Rocks. A continuación, pensó en una versión más acústica, y sumó a Nicolás, que es cantante y guitarrista. Y, por último, invitó a su mamá Susana que, si bien no es música profesional, su deseo siempre fue cantar, y esta oportunidad permitiría concretárselo.
Es que, dentro de Susana, convivían ciertos traumas vinculados al canto, de hecho, recuerda claramente tres acontecimientos: cuando era niña, su padre la escucho interpretar una canción y le murmuró a su madre '¡canta lindo!', pero ella rechazó la idea, ya que veía mal que su hija se dedicara a eso; en otra ocasión, un vecino del barrio, que la había oído cantar, le pidió que se callara y, en otro momento, cuando fue al médico por un dolor de garganta, éste le dijo que no era nada grave, a menos que quisiera cantar, ahí sí sería un problema, y encima estaba acompañada por su madre, que respondió que la muchacha no hacía eso.
Los años pasaron y Bahal tuvo a sus hijos. A pesar de que no les inculcó la cultura de la música, de alguna forma u otra, todos ellos se vincularon a dicha manifestación artística, incluso varios la desarrollaron como profesión, lo cual siempre la emociona. Y cuando recibió la invitación de Florencia para hacer la “HBO Max Music Sessions”, puso varias excusas, como que tenía carraspera y prefería sumarse en otra oportunidad. Sin embargo, su hija le dijo que fuera igual, aunque no cantara, para que viera la grabación. Al llegar al lugar, percibió el clima ameno y la predisposición del equipo, por lo que se animó a interpretar algunos fragmentos de la canción.
Un momento, múltiples -e inolvidables- emociones
“Fue muy hermosa la experiencia. Para mis hermanos y para mí es común ir a un estudio a grabar, de alguna forma estamos acostumbrados, aunque siempre tiene una cuota de magia, según el proyecto que cada uno haga, y con hermandad es todavía más lindo. Pero, esta vez, era especial porque generaba nuevos recuerdos. Vivirlo entre los cuatro fue muy hermoso”, valoró Florencia.
Por su parte, Marisol manifestó: “Cantar con mi mamá fue muy emocionante y fuerte, ya que ella soñaba con esto toda su vida, y viene de una época donde las mujeres tenían como única misión ser amas de casa, entonces le costó mucho ser apoyada en ese aspecto. Yo tuve algunos problemas, respecto a que mi papá no quería que nos dedicáramos al arte. A veces está la fantasía de que uno vive mejor si es profesional de otra área, y nos olvidamos de que la felicidad está en hacer lo que uno ama. Por suerte, yo lo pude superar, pero mi mamá no pudo en el pasado, así que grabar una canción fue cumplirle un sueño. Además, compartirlo con una canción tan sentida y especial de ABBA fue maravilloso”.
Por último, Nicolás expresó: “Cantar con mi familia tiene un doble valor. Cuando era más chico quizás era más prejuicioso de eso, uno es canchero y quiere separarse un poco de lo que hacen los hermanos. Entonces, hacía música de otro palo, hard rock, y me sentía un poquito más alejado del estilo que abordaban mis hermanas, aunque me encantaba y siempre fui a verlas. Desde hace un tiempo me pasa distinto, también estoy más grande, y veo lo mágico que es compartir eso. Cantar con ellas me parece tan hermoso que les digo que sí, aunque sea para interpretar el 'arroz con leche' (risas), porque sé que la voy a pasar bien. Para mí grabar este tema fue una experiencia maravillosa, sobre todo con mi vieja, que más que tararear y jugar en reuniones familiares nunca había cantado con nosotros. ¡Fue muy mágico!”