Se cumplen diez años del crimen del camarógrafo Juan Diego Covello en Ramos Mejía
El hombre fue atacado a golpes en 2012, en horas de la madrugada, por un delincuente que le sustrajo el celular. Un año después del homicidio, Carlos López, el asesino, fue condenado a la pena de prisión perpetua.
Juan Diego Covello trabajaba de camarógrafo en el canal América TV y era productor comercial de un programa de radio en FM Palermo. El 21 de octubre de 2012 había asistido a un cumpleaños y, cuando regresaba a su casa de Ramos Mejía, fue sorprendido por un delincuente que le propinó decenas de golpes hasta matarlo. Tras sustraerle el celular, se fugó del lugar.
A más de un año del crimen, ocurrido en el cruce de Las Heras y Lavalle, el Tribunal en lo Criminal Nº 2 del Departamento Judicial de La Matanza resolvió condenar al acusado del homicidio, Carlos Humberto López, de 25 años, a la pena de prisión perpetua por hallarlo responsable del delito de “Robo en concurso real con homicidio criminis causa”, es decir, la acción de matar para ocultar otro delito.
En el marco del juicio, realizado en noviembre de 2013, Mirta, la madre de la víctima, en diálogo con El1 Digital, había expresado sentirse conforme con el fallo de la justicia matancera. En esta línea, agregó: “A él no me lo va a devolver y voy a vivir con este dolor, pero por lo menos López va a estar preso y no va a cometer otra atrocidad”.
Detalles del juicio
Uno de los testimonios claves del juicio fue la declaración de un vigilador de una garita que fue testigo del crimen y reconoció al imputado como el agresor. El abogado querellante, había reconocido que Covello murió en manos de este hombre mientras esperaban una ambulancia.
Otro de los relatos trascendentes, fue el de una kiosquera que contó que un hombre fue a comprarle cigarrillos con "un billete de cincuenta presos ensangrentado y hacía alarde de haber matado". Finalmente, éste resulto ser el criminal.
Además, la declaración de la novia de López fue otro de las pruebas claves. Ella contó que el día del crimen, a las 8 de la mañana, el asesino le mostró un teléfono y le dijo: "Se lo robé a un gil y lo maté a golpes".
El homicida de Covello fue detenido en la casa de su madre, en la localidad de Lomas del Mirador, donde estaba escondido. La investigación arrojó que tras apoderarse del teléfono móvil de la víctima había hecho varias llamadas.
“Esto nos demuestra en todos los casos que los delincuentes tienen un desprecio total por la vida, lo mismo ocurrió con Roberto, María o Martín y así es interminable la lista en donde el factor común es el gran desprecio por la vida que tienen estos malvivientes”, expresó Daniel Bracamonte, titular de vecinos en Alerta Ramos Mejía, una agrupación que surgió a raíz del crimen de Covello.