Inflación: su origen, el impacto del contexto internacional y qué plan podría servir para combatirla
Con el 6,7 por ciento de marzo, la inflación suma un 16,1 en el primer trimestre del año. Ante este escenario, el economista Sebastián Scheimberg analizó por qué es tan difícil hallar una salida a la problemática, no sin dejar de aportar qué alternativas podrían resultar satisfactorias en su salida.
Por Sebastián Scheimberg*
El último índice de inflación no generó tanta sorpresa porque los que salimos a hacer las compras nos dimos cuenta hace rato de que es un problema galopante. Pero sí hay que destacar que, en marzo, se sumaron un montón de ajustes estacionales porque se ajustaron precios de servicios, sobre todo, en educación. También es cierto que Argentina está recibiendo el coletazo de una inflación mundial y eso impacta en la economía.
Acá viene la controversia de ver cómo un país como Argentina, que exporta los mismos bienes que consume, genera alguna medida que desvincule el aumento del precio internacional con la evolución del precio local. Muchas de estas medidas tienen que ver con las retenciones. Hay una serie de factores que son mezcla de estacionales y conflictos heredados. También es cierto que la gestión ha mostrado cierta debilidad en aplacar esto. Son momentos en que los gremios están repactando sus condiciones salariales y hay una inercia inflacionaria difícil de detener.
A esto se suma que vienen los ajustes de tarifas que se tienen que producir porque los servicios públicos están muy atrasados en términos de los precios relativos. Esto condiciona a un nivel de inflación muy elevado. Cuando el Presidente Alberto Fernández anunció la “guerra contra la inflación”, muchos comercios y empresas hicieron ajustes preventivos. Todo esto fue un cóctel explosivo.
En Argentina, tenemos bastante experiencia con esto y con medidas que se han tomado y, que, en algunos casos, han sido exitosas. No tanto en otros. Cuando estas medidas han sido más exitosas, se trató de programas más integrales que trataban de combatir todas las causas de la inflación. Estos programas tenían como objetivo combatir los distintos orígenes de la inflación, tanto el origen fiscal como el inercial y el ajuste de precios preventivos.
Dos casos que fueron exitosos fueron el Plan Austral, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y la Convertibilidad. En ambos casos, hubo un congelamiento de precios y salarios, acompañado de un control de la expansión monetaria y el exceso del gasto público. Solo con este tipo de medidas se puede llegar a frenar este nivel de inflación. Pero esto requiere un fuerte apoyo político para el funcionario que toma las medidas. Este respaldo político, con unidad de criterio, es fundamental.
Los programas de ajuste que vienen de la mano del paquete del Fondo Monetario Internacional, generalmente, tienen un componente que es inicialmente recesivo y, después, en base a la confianza, puede venir una expansión económica. Esa es la gran apuesta. Hay varias recetas, pero hay que ver qué hicieron los países exitosos cuando tuvieron que aplicar mecanismos antiinflacionarios y adaptarlos al contexto argentino.
*Economista y docente de la UNLaM.