Mateo Escobar, un refuerzo con pasado de velocista: “Llegué a competir en el CeNARD”
La flamante incorporación del Mirasol recordó su participación en competencias de atletismo durante su adolescencia. “Hice marcas de 11,02 y 10,52 en carreras de 100 metros”, detalla.
Cada futbolista lleva consigo una historia desconocida. La de Mateo Escobar, el tercer refuerzo de Almirante Brown, es un tanto particular, porque la trastienda de su figura como atacante de un equipo de la Primera B lo registra en su adolescencia como un velocista promisorio, que solía subirse al primer lugar del podio en cada competencia que realizaba.
“Tenía 17 años... Tuve un preparador físico en la escuela secundaria que nos daba Atletismo. Él me anotó en los Juegos Bonaerenses y, así, gané en Zárate, Mercedes y San Antonio de Areco. Llegué a competir en el CeNARD, también. Gané las dos carreras que hice, en la categoría de 100 metros”, repasa el ex CADU, ahora, con 24 abriles.
Las competencias en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo le dejaron medallas y unas marcas interesantes. “Hice 11,02 (segundos/centésimas) y 10,52”, detalla. Para tener una noción, el récord argentino lo poseen Carlos Gats y Gabriel Simón, con 10,23. Luego, el zarateño se dedicó a terminar el colegio y apostó por el fútbol. Sin hacer Inferiores, se sumó a los 19 al cuadro Celeste. Al cabo de cuatro temporadas, un ascenso y una veintena de goles, Escobar sigue buscándole giros y emociones a su vida. Sabe que nunca es tarde para un nuevo desafío. Y el que eligió, en este caso, se llama Almirante Brown.
“Mi idea era salir de esa zona de confort que tenía en Zárate e ir por el desafío de buscar algo grande. Me va a servir el cambio y conocer gente nueva. Con 24 años, ya tenía casi 150 partidos en CADU, estaba en ese tiempo de experiencia y juventud, y sentí que era el momento justo” explica. Sobre sus características futbolísticas, Teo se presenta más como un asistidor que como un goleador. “Si bien puedo jugar de nueve por mi físico, me gusta más estar detrás del nueve y poder asistir”, afirma.
El joven delantero no quiso pasar por alto la descripción del club que le hizo Javier Velázquez, excompañero e ídolo de CADU, que acaba de marcharse a San Telmo luego de un paso irregular: “Hablé con él y me dijo que es un club grande, con mucha gente y que tiene un buen grupo”. Todavía con la incertidumbre sobre el regreso a las canchas, Escobar no duda: “Ojalá que podamos arrancar directamente en la Primera Nacional”. Ninguna meta es inalcanzable para él. Lo sabe desde pibe, cuando volaba en las pistas de atletismo bonaerenses.