"El AMBA está en una estabilidad tremendamente frágil", dijo Kicillof al criticar la estrategia aperturista de la Ciudad

El Gobernador bonaerense confirmó que no habrá flexibilizaciones en el Gran Buenos Aires, ni se permitirán las reuniones al aire libre de hasta diez personas. "¿Con qué cara voy a explicar que, mientras no dan abasto en las terapias, seguimos autorizando actividades?", planteó y sumó a una médica de terapia intensiva para que cuente la saturación que atraviesa el personal sanitario. 

El habitual informe epidemiológico que la Provincia brinda cada semana para actualizar la situación de la pandemia de coronavirus, este lunes, fue encabezado por el Gobernador bonaerense, Axel Kicillof. El cambio de dinámica en el anuncio de la renovación de las medidas de aislamiento que, el viernes pasado, reemplazó las extensas conferencias que el Presidente, Alberto Fernández, solía compartir con el mandatario provincial y su par porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por un breve video que el jefe de Estado publicó en las redes sociales, hizo que Kicillof convirtiera el informe epidemiológico de hoy en su propia conferencia sobre las medidas que se renovaron este lunes y se extenderán hasta el 20 de septiembre. 

Acompañado por cinco intendentes del AMBA, tanto oficialistas como opositores, el mandatario provincial confirmó que no habrá más aperturas en el Gran Buenos Aires ni reuniones sociales al aire libre, se diferenció de la estrategia porteña y advirtió la estabilidad de casos de coronavirus de la zona metropolitana es "tremendamente frágil". 

Al inicio de la conferencia, que se extendió por casi dos horas,  Kicillof explicó que el viernes, antes del anuncio presidencial sobre el aislamiento, mantuvo "una reunión muy extensa" con su par porteño y con el Presidente. "Analizamos, en detalle, la situación sanitaria del AMBA, que es una zona única porque la mitad de la gente que trabaja en Ciudad viene de la Provincia y, por eso, es necesario coordinar las acciones y lo vamos a seguir haciendo. El virus cruza la General Paz con la gente, entonces es imposible tomarlo como lugares separados", planteó en ese sentido y se diferenció del discurso de la Ciudad, desde donde, esta mañana, el ministro de Salud, Fernán Quirós, aseguró que "lo peor ya pasó" y consideró que la estabilización de casos se mantiene desde hace siete semanas. 

"La situación del AMBA es de una estabilidad tremendamente frágil. Cuando nos reunimos el viernes, hacía diez días que, en todo el AMBA, se observaba que los casos subían y bajaban poquito pero, en los últimos dos días, había empezado a crecer y esa tendencia se consolidó. Eso no es una crítica ni una discusión, es un dato y la situación no está mejor ni igual, está peor", remarcó para expresar su preocupación por la expansión del virus, también, hacia el interior bonaerense. 

"Allí, pasamos del cinco al once por ciento de los casos totales de la Provincia. Hoy, uno de cada 250 habitantes de esos municipios tiene coronavirus; mientras que en el Gran Buenos Aires, los que están contagiados son uno cada 60 y, en la Ciudad, uno de cada 30", graficó sobre la tasa de incidencia de la enfermedad, aun concentrada con más intensidad en territorio porteño.  

Por eso, el Gobernador consideró que "es un error abrir prematuramente porque, después, al virus no se lo puede parar". "En esta situación, no podemos acompañar más aperturas. No podemos arriesgar lo que construimos en cinco meses. Yo no lo puedo permitir, ¿con qué cara voy a explicar que, mientras no dan abasto en las terapias, seguimos autorizando actividades?", planteó Kicillof, en una alusión solapada a la estrategia de la Ciudad de Buenos Aires que, a partir de esta semana, habilitará la instalación de mesas en bares y restaurantes al aire libre y las obras en construcción, mientras la parte bonaerense del AMBA seguirá con las mismas actividades que hasta la semana pasada. 

Consultado sobre esas aperturas en particular, el Gobernador apuntó que "buena parte de los que trabajan allí viven en la Provincia". "No creemos que el problema esté puntualmente en estas actividades, pero se van sumando a otras y van generando simbólicamente que (la pandemia) pasó y eso no es así. En la Provincia, creemos que hay que tener cautela", apuntó para confirmar, además, que las reuniones sociales al aire libre que la Nación habilitó no regirán en la parte bonaerense del AMBA. "No podemos contentarnos por tener 4.000 o 5.000 casos en la Provincia y 1.200 en la Ciudad, porque son un montón, y no no podemos relajar", remarcó. 

"Este no es un año electoral, es un año de pandemia. No es momento de hacer política con la enfermedad, ni con algo tan delicado como lo que está pasando. Necesitamos que nos ayuden, hay una parte que sigue incentivando a que la gente salga y se contagie y, después, van a venir a contar cuántos se contagiaron. A mí, me eligieron para gobernar y no lo voy a hacer ni con focus group, ni encuestas ni marketing político. Este es un tema sanitario", zanjó su postura en otro tramo de su discurso y llamó a "volver a reunir esos dos países". 

"No puede ser que, de un lado, estemos todos los días trabajando para que haya atención medica, y del otro, una porción de la sociedad parece no ver lo que está pasando. Me pregunto si no estamos transmitiéndolo mal. Todos estamos angustiados y hartos, pero la verdad es que lo que pasa es que llegó este virus y, todavía, nos está ganando. La única forma de cuidarse, por ahora, es tomar distancia y no hacer lo que antes hacíamos. pero no es una perdida de libertad, sino una ganancia de cuidado y de salud", defendió al respecto.   

"No son todas malas noticias, porque llegamos a septiembre y tenemos que valorar el inmenso esfuerzo y trabajo que se ha hecho para que el sistema sanitario no colapse", dijo el Gobernador al apuntar que el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva en el AMBA está en "el 66 por ciento". 

"En marzo, teníamos 883 camas de terapia y, hoy, tenemos 1.306 ocupadas, de las cuales 807 son por coronavirus. Tenemos un total de 2.113 camas críticas en el sistema público. Si no saturamos es, exclusivamente, porque tuvimos tiempo para ampliar el sistema de salud", sintetizó Kicillof, mientras que todos los intendentes -Julio Garro, de La Plata; Néstor Grindetti, de Lanús; Mayra Mendoza, de Quilmes; Juan Zabaleta, de Hurlingham; y Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora-, defendieron, a pesar de sus matices políticos, las medidas tomadas durante la pandemia y llamaron a la responsabilidad social de la ciudadanía. La foto, también, fue un mensaje de unidad ante las versiones que hablan de fricciones entre el Gobernador y los alcaldes, tanto propios como ajenos.

El agravamiento de la situación en los municipios fuera del AMBA quedó confirmada con la reclasificación que, cada semana, la Provincia hace en base al sistema de cinco fases de la cuarentena que administra desde junio. Los 40 distritos del Gran Buenos Aires seguirán en fase tres, como hasta la semana pasada, mientras que 63 del interior están en fase cuatro y solo 32 siguen en fase cinco, lo que se asemeja a la "nueva normalidad", con la mayoría de las actividades habilitadas, excepto las que están prohibidas en todo el territorio nacional, como el turismo y los eventos masivos. Hasta hace algunas semanas, la relación era inversa: la mayor parte del interior bonaerense estaba en la última etapa y el resto iba oscilando entre la tres y la cinco, en base a brotes puntuales de contagio.   

"Estamos exhaustos y enojados", el testimonio de una médica intensivista

La dinámica de la conferencia de este lunes también consistió en sumar a una representante del sistema de salud para que cuente, en primera persona, lo que se está viviendo en los hospitales bonaerenses. La encargada de hacerlo fue Elisa Estenssoro, jefa del servicio de Terapia Intensiva del hospital San Martín, de La Plata, quien agradeció a todos los trabajadores "por estar en la primera línea, en la trinchera, contra este enemigo microscópico" y que los convocaran al comité de expertos de la Gobernación para tener "voz y voto" en las decisiones, al tiempo que destacó que, en sus 40 años de experiencia, "nunca" había atravesado "un proceso de adquisición de equipamiento y de expansión del sistema tan grande". "Estamos exhaustos, cansados y enojados", expresó la especialista sobre la falta de responsabilidad social de quienes incumplen con las medidas de aislamiento. 

"En Argentina, se ha focalizado mal este problema. El problema verdadero es la pandemia, que contagió a más de 25 millones de personas en todo el mundo y mató a más de 850.000 personas y, seguramente, lo va a seguir haciendo. Pero, aquí, parece que el problema es la cuarentena, que es solo un instrumento que fue implementado temprana y exitosamente para que el sistema de salud se expandiera y permitió que todos los pacientes fueran correctamente atendidos, algo que no sucedió en otros lugares del mundo con sistemas de salud más robustos", destacó la médica, quien apuntó que "tenemos una de las tasas de letalidad más bajas del mundo". "Más de 8.000 argentinos murieron, pero nos queda la tranquilidad de que todos fueron atendidos como merecían", remarcó. 

De acuerdo a su experiencia como médica intensivista en el AMBA, Estenssoro advirtió que "en las últimas semanas, la cosa cambió". "Aumentó notoriamente la circulación del virus, los contagios, las internaciones y las muertes. Esto es multifactorial, pero, sin duda,s el aumento de la circulación de las personas fue el principal factor, por una mayor apertura de actividades, también por el cansancio de la población y, además, porque hubo una propaganda incesante contra la cuarentena. Esto es una cuestión de salud pública, que no debiera ser politizada. En el AMBA, tenemos mesetas persistentemente elevadas y esto nos pone en el riesgo real del colapso del sistema de salud", agregó en ese sentido y advirtió que el porcentaje general de ocupación de camas críticas, hoy en 66 por ciento, "esconde heterogeneidades". 

"En la unidad en la que trabajo, hace tres o cuatro semanas que estamos entre el 90 y el cien por ciento de ocupación de las camas, la mitad por COVID. Si siguen aumentando los casos, estaremos llegando en todos los hospitales a ese porcentaje. Los intensivistas estamos trabajando al máximo, partimos de un número escaso porque es una especialidad poco atractiva para el personal porque requiere muchas guardias y un esfuerzo físico y psicológico muy grandes porque estamos en contacto con el sufrimiento humano, en un marco de bajas remuneraciones. Esto se acentúa en el contexto de pandemia, con una enfermedad compleja como el coronavirus", detalló sobre el estado de estrés laboral que atraviesa el personal de la salud y, en ese sentido, graficó que "para poner un paciente boca abajo para ventilarlo mejor, se requieren cuatro personas". 

"Estamos exhaustos, cansados y enojados por esta cuestión de la doble realidad porque este sacrificio personal importante, que algunos pagan hasta con la muerte, coexiste con una realidad de una sociedad que intenta volver a la normalidad mientras crecen los casos. Llegamos hasta aquí, no tenemos más para ofrecer. Por eso, apelamos a la sociedad, a la conciencia y su solidaridad, les rogamos que respeten las normas. Los exhortamos a que se queden en sus casas todo lo posible. Estamos en un momento muy crítico y, si en el AMBA seguimos con esta meseta inadmisiblemente alta, muchos pacientes se van a quedar sin recibir el tratamiento adecuado. La salud y la vida están por sobre todo el resto", cerró Estenssoro.  

Las estadísticas de la pandemia en la Provincia

Según la actualización epidemiológica con las cifras relevadas hasta este domingo, la Provincia acumula 253.652 casos positivos de coronavirus -de los cuales 3.887 se registraron ayer-, con 189.947 recuperados y 5.046 fallecidos. En todo el AMBA, la tasa de incidencia de la enfermedad cada 100.000 habitantes se ubica en 1.592,91 casos; en el primer cordón del Conurbano bonaerense; en 1.859,23; en el segundo cordón, en 1569,53; y en 1.101,91 en el tercero. Si solo se toma a la Ciudad de Buenos Aires, esa cifra es de 2.739,98 infectados cada 100.000 habitantes.

La mortalidad cada millón de habitantes, en tanto, es de 408,79 en el primer cordón de los distritos bonaerenses del AMBA; de 302,14 en el segundo; y de 188,91 en el tercero, mientras que el total del AMBA es de 320,97 y de 703,92 si se toma solo la tasa de Capital Federal, lo que, tanto en incidencia como en mortalidad, evidencia un crecimiento con respecto a la semana pasada.

Esos indicadores tienen su correlato en el nivel de ocupación de camas: si bien, en toda la Provincia, el 53,17 por ciento de las plazas en terapia intensiva están ocupadas, esa cifra asciende al 66,27 por ciento si se toma la franja de camas UTI de adultos en el AMBA, lo que representa un marcado incremento con respecto al lunes pasado, cuando se encontraba en 62,85 por ciento y se había logrado bajar desde la semana previa. 

Además, ya hay 53 laboratorios públicos que realizan testeos -tres más que la semana pasada-, lo que permitió que se procesara un promedio de 11.235 muestras diarias, con picos de casi 14.945 diagnósticos, para llegar a un acumulado de 573.142 muestras desde el inicio de la pandemia. El promedio de testeos de la semana previa era de 9.100 muestras por día. En cuanto a la donación de plasma, hasta el momento, se sumaron 841 pacientes recuperados que hicieron sus donaciones, que se destinaron a 2.052 pacientes trasfundidos en total. Por último, en cuanto a los trabajadores de la salud, el porcentaje de contagiados sobre el total es de 5,6 por ciento, con 57 fallecidos hasta el momento.