Signoplast S. A., una de las empresas matanceras que debió reconvertirse en tiempos de Covid-19
La firma ubicada en la localidad de La Tablada y que emplea a 78 trabajadores debió adaptar su producción durante el aislamiento social por el coronavirus y elabora mamparas de acrílico y otros insumos sanitarios en lugar de la cartelería que la caracteriza. “Estamos reiniciando nuestra actividad en la medida de lo posible”, expresó la directora de la empresa.
La pandemia por Covid-19 generó un impacto fuerte en la economía a nivel local y global, por lo que empresarios, comerciantes y trabajadores debieron readaptarse a nuevas formas para poder trabajar durante el aislamiento social. En muchos casos, esto vino de la mano con tecnologías y aplicaciones, pero, en otros, el cambio fue mucho más radical.
Un caso testigo en La Matanza es la empresa Signoplast S. A.. La firma, ubicada en la localidad de La Tablada y con una historia de más de 50 años, se dedica a la cartelería y a la imagen corporativa de, por ejemplo, entidades bancarias y petroleras. Pero, ante la imposibilidad de trabajar en la cuarentena, debió pegar un golpe de timón que le da buen rédito.
En diálogo con El1 Digital, la directora de la compañía, Karin Rodríguez, contó cómo fue el proceso de reconversión del lugar que emplea a 78 trabajadores: “Cuando se declaró la cuarentena, la fábrica quedó cerrada y a nosotros se nos cortó completamente la cadena de pagos porque todo el mundo dejó de pagar”.
“Cuando vimos que la cuarentena se extendía, los demás socios de la firma y yo empezamos a pensar qué producto se podía desarrollar para contrarrestar al Covid-19”, relató y agregó: “Desarrollamos unas mamparas de acrílico y estaciones sanitarias que facilitan la desinfección de manos y piés y, además, brindan información sobre el protocolo de coronavirus”.
“Un banco nos consultó si le podíamos hacer las mamparas. Convocamos gente e hicimos 900. A partir de ahí, empezamos a trabajar desarrollando estos productos”, indicó y añadió que la producción se desarrolla con una cantidad mínima de personal y con el protocolo sanitario necesario.
No obstante, la planta obtuvo la aprobación municipal para retomar su tarea original desde la semana pasada: “Nuestra actividad, en sí, quedó frenada. Ya tenemos la autorización para trabajar y estamos reiniciando nuestra actividad normal en la medida de lo posible porque no podemos, por ejemplo, instalar o ir a colocar cartelería”.
Una ayuda insuficiente
Rodríguez se refirió a la asistencia de emergencia del Gobierno nacional para las PyMEs a través de la que asiste con el pago de la mitad del sueldo a los trabajadores y aseguró que recibieron el refuerzo en abril, ya que la planta estuvo parada poco más de un mes.
“Es una ayuda súper grande, pero no es suficiente porque no se pueden cubrir todos los compromisos que se tienen, como los sueldos”, señaló y concluyó, ante la coyuntura: “Como PyME, tratamos de aguantar, pero no es sencillo porque la rueda sigue girando y el dinero, en algún momento, se acaba”.