Preocupan la demanda alimentaria y la demora en La Matanza del programa que busca asegurar el aislamiento comunitario
Los movimientos sociales advierten que, con la cuarentena, se desbordó la capacidad de sus comedores. Reclaman que el Ejecutivo local vuelva a convocar al comité de crisis después de su primer encuentro, a principios de mes, y que se active “El barrio cuida al barrio” en el Distrito.
La relación entre el Ejecutivo matancero y los movimientos sociales oscila entre el acercamiento y las demandas. Si bien el intendente, Fernando Espinoza, los citó para conformar, a principios de abril, el comité de crisis que el Gobierno nacional busca que cada municipio active en el Conurbano para articular las tareas que bajan desde los ministerios de Desarrollo Social de Nación y Provincia ante la pandemia, las organizaciones aseguran que no fueron convocadas nuevamente. En ese marco, además, advierten por la creciente demanda alimentaria en los barrios populares y buscan que se active en La Matanza el programa de promotores territoriales que se presentó para conseguir un aislamiento comunitario exitoso en los barrios.
Los números hablan y dicen mucho sobre el impacto que la cuarentena obligatoria ha tenido para los barrios populares y cómo afectó a su generación de ingresos, que suele estar vinculada a tareas informales y changas. Desde Somos Barrios de Pie de La Matanza, que sostiene 200 comedores y merenderos en el Distrito, realizaron un relevamiento que compartieron con El1 Digital que demuestra el nivel del aumento de la demanda alimentaria. A partir de una muestra conformada por 20 de esos comedores, ubicados en el segundo y tercer cordón de La Matanza, se detectó que se pasó de un promedio de 80 raciones diarias en febrero, a 140 en marzo y a 450 en lo que va de abril.
“Quizás, no hay mucha fila en los lugares, pero cada vecino llega y pide entre ocho y diez raciones para toda la familia. La gente la está pasando mal y la prioridad debe ser esa, por eso apoyamos la mirada del Gobierno nacional de que la deuda externa tiene que pasar a otro plano, porque esta es la urgencia hoy, el hambre y la salud del pueblo. Son datos que alarman, porque vemos que las familias no están teniendo acceso a algo básico como es la comida”, planteó la referente local de la organización, Sandra Oviedo. Sus comedores están abriendo, también, por las noches y, los fines de semana, se implementó un sistema de “ollas itinerantes” con la que recorren distintas localidades.
"Una cuarentena comunitaria con derechos"
Para Oviedo, “la preocupación principal es que el coronavirus no ingrese a los barrios, porque sería tremendo”. Con esa misma advertencia en la mira, esta semana, desde el Comité de Emergencia Social creado a fines de marzo, en un espacio en que confluyen los ministerios de Desarrollo Social nacional y bonaerense, las organizaciones sociales y los intendentes del Conurbano, se presentó el programa “El barrio cuida al barrio”, que promoverá el trabajo de promotores y promotoras comunitarias para que puedan realizar un acompañamiento específico a grupos de riesgo, difundir medidas preventivas y distribuir elementos de higiene. La idea es que, ante la evidencia de que el aislamiento social es difícil de cumplir en los barrios populares, se puede implementar una “cuarentena barrial”.
En diálogo con El1 Digital, la directora nacional de Cuidados Integrales, Carolina Brandariz, a cargo del programa, explicó que el objetivo es “garantizar una cuarentena comunitaria con derechos”. “Que haya artículos de limpieza e higiene disponibles, alimentos, un mapeo de personas en situación de riesgo y campañas de vacunación. Los promotores y promotoras, también, tendrán la tarea de activar el protocolo de asistencia en caso de encontrar personas con síntomas compatibles con COVID-19”, explicó la funcionaria. Esta semana, el programa comenzó a funcionar en Hurlingham, Lomas de Zamora y Almirante Brown, pero, desde Desarrollo Social, buscan que “la articulación se dé políticamente” con los intendentes. La semana que viene, se activará en Merlo y San Martín.
“Nos parece muy importante que el esfuerzo sea mancomunado, que los municipios se involucren y lleguen a un acuerdo con las organizaciones territoriales. La clave es que la articulación esté destrabada desde arriba para que los esfuerzos se noten abajo y se pueda garantizar el mayor acceso a recursos en los barrios”, planteó Brandariz. Si bien el programa irá incorporando nuevos distritos semana a semana, la funcionaria explicó que “La Matanza, todavía, no está en el listado”. De las tres reuniones que el Comité de Emergencia Social que se desarrollaron hasta ahora, el Distrito no participó en ninguna.
Un comité en espera
Lo que demandan las organizaciones es más articulación. Si bien Oviedo reconoció que los equipos de Salud del Municipio suelen colaborar en el territorio y desde Desarrollo Social aportan carnes y verduras para 15 de sus comedores, también planteó: “Después de la primera reunión del comité de emergencia, no se nos volvió a convocar”.
En esa misma sintonía, la diputada bonaerense Patricia Cubría, referente del Movimiento Evita de La Matanza, explicó que, en el único encuentro que lograron concretar con Espinoza, “se expuso la situación de la emergencia alimentaria y las dificultades de los barrios, que se va agravando con el paso del tiempo, pero la convocatoria no se repitió”. “Para lograr el aislamiento comunitario y barrial, sería importante que el programa que presentó Desarrollo Social esta semana pueda activarse en La Matanza porque son los compañeros de los barrios quienes mejor pueden activar los mecanismos de concientización, desinfección y detección de posibles casos de coronavirus”, remarcó.
En ese sentido, Cubría recordó lo que pasó con la familia de Héctor Daniel Deballe, el vecino de La Tablada que, el 2 de abril pasado, murió por complicaciones derivadas del coronavirus. Cuando quedó internado, la familia de Héctor quedó aislada en su casa y la asistencia alimentaria para su mujer y sus dos hijas menores de edad se las proveyó el merendero que el Evita sostiene en el barrio.
“La asistencia se logró solamente por la presencia de las organizaciones. Este tipo de casos podrían ser detectados a través de las promotoras comunitarias para articular una respuesta más integral a aquellos que están pasando por la enfermedad. Hoy, la contención de la transmisión en los barrios está a la buena de Dios. A veces, comunicarse por teléfono a una línea oficial es casi imposible, pero tener a un referente en el barrio haría que el Estado estuviera más presente”, advirtió Cubría.
Además, la legisladora remarcó que en distritos como La Matanza, con un número importante de asentamientos y barrios populares, “el hacinamiento hace que sea imposible física, material y psicológicamente mantenerse aislado adentro de la casa”. “Por eso, la propuesta del Gobierno nacional es mantenerse en cada comunidad, vivir la cuarentena de ese modo y que, eventualmente, no haya transmisión entre barrios. Es una propuesta sanitaria que hay que implementar”, demandó.
Por último, Cubría valoró la tarea de asistencia alimentaria que el Ejército viene desarrollando en las últimas dos semanas en el Distrito. “Pero no alcanza. Sobre lo que cocinan nuestras fuerzas de seguridad, que tienen una excelente voluntad, nuestros compañeros tienen que cocinar encima para que los vecinos no se vayan sin comer. Están haciendo magia”, sintetizó la referente del Movimiento Evita local.