Cierre de fábricas y pérdida de fuentes laborales: lo peor del año que se fue

Durante 2019, hubo, al menos, tres reconocidas PyMEs del Partido que debieron cerrar sus puertas en forma definitiva. Con los cierres de la Autopartista Mattioli, en Virrey del Pino, Interpack, en Lomas del Mirador, y Belcar, en San Justo, unos 146 trabajadores quedaron desempleados.

El ya extinto 2019 no será un año que se recuerde con alegría en materia económica. Porque, en el Distrito, hubo, al menos, tres fábricas que cerraron sus puertas en forma definitiva por causas que fueron una constante durante la gestión de Mauricio Macri, como los tarifazos en los servicios básicos, la apertura indiscriminada de importaciones y la caída en las ventas.

Despedidos vía WhatsApp
El primero de los casos tuvo lugar en abril y se trató de la planta 1 que la compañía gráfica Interpack poseía en Lomas del Mirador. Los 40 trabajadores denunciaron que un día llegaron, encontraron la puerta de la fábrica vallada y fueron despedidos por WhatsApp.

“El jefe de Recursos Humanos le mandó un mensaje al jefe de la planta para informarnos que la fábrica cerraba y que teníamos a disposición las indemnizaciones”, denunció el delegado del lugar, Emanuel Ortiz, mientras Miguel Bravetti, otro trabajador, aseguraba que “el cierre es fraudulento porque no hay ninguna razón productiva que lo justifique”.

Los trabajadores no pudieron volver a ingresar al que era su lugar de trabajo. Finalmente, y tras una serie de manifestaciones por parte de los trabajadores, el edificio dejó de funcionar. Como consecuencia, se perdieron alrededor de 40 puestos laborales.

Fin de producción y cierre
El segundo hecho se remonta a agosto, en la conocida Autopartista Mattioli, ubicada en Virrey del Pino. A principios de ese mes, la empresa había dejado de producir, razón por la que, finalmente, cerró sus puertas.

Los trabajadores reclamaron el cien por ciento de sus indemnizaciones, dado que, según denunciaron a este medio, los dueños solo reconocían la mitad de la misma y “debían quincenas a todos los trabajadores”. “Queremos que esto termine de la mejor forma posible”, pedía el empleado Hugo Ibarra. El resultado fue el despido de toda la plantilla: más de 30 personas.

Una empresa que no dio explicación
El último hecho se remonta a septiembre, cuando los trabajadores de la fábrica productora de tintas y adhesivos Belcar, situada en San Justo, denunciaron que los dueños de la firma no se contactaron más con ellos. “La empresa no nos da ninguna explicación”, expresó el delegado Nicolás Chaile.

Durante meses, Chaile y sus más de 70 compañeros hicieron guardias en el lugar para resguardar sus puestos de trabajo, hasta el cierre definitivo. Así, contando las tres fuentes laborales perdidas, se llega a un total de alrededor de 146 trabajadores que se convirtieron en desempleados en solo un año.