Maite Lanata: "Me interesa interpretar personajes que sirvan para la sociedad"

La actriz protagoniza la obra Jazmín de Invierno, en el complejo El Cultural San Martín, los sábados, a las 20 y, los domingos, a las 19. Habló sobre los retos que debió afrontar en su debut teatral y reflexionó sobre las repercusiones de su personaje en la ficción de Telefe, 100 días para enamorarse.

Para el talento no hay edad. Con tan solo 18 años, Maite Lanata ha formado parte de destacados proyectos audiovisuales, tanto en cine como en televisión. A través de sus personajes en las telenovelas El Elegido y Somos Familia, en las series El Marginal y El Jardín de Bronce, y en la película Mía, de Javier Van de Couter, ha logrado posicionarse como una de las actrices revelación de la última década.

En esta ocasión, Maite debuta sobre el escenario con la puesta Jazmín de Invierno, en El Cultural San Martín, donde interpreta a una joven que fue secuestrada a temprana edad, camino a la escuela, y a la cual sus captores obligan a convivir junto a ellos en completa familiaridad. La obra es un thriller social, escrito por Carla Moure y dirigido por Corina Fiorillo. "La historia está basada en una serie de secuestros reales, que ocurrieron en distintas partes del mundo, donde se analiza cuál es la mirada que tiene cada uno de los personajes", explicó la actriz.

Jazmín de Invierno marca tu debut teatral, ¿cómo lo estás viviendo?

La propuesta llegó de la mano de Carla Moure y fue una novedad para mí. Cada función es una nueva experiencia porque hacer teatro es totalmente distinto a trabajar en la televisión o en el cine, acá tengo el contacto directo con el público y es algo muy lindo.

¿Cuáles fueron los retos que debiste superar?

Al margen de la historia de la obra, principalmente, la proyección de la voz y, un poco, tomar noción de que iba a estar siendo vista por el público desde distintas direcciones. Otro desafío fue poder transitar la sensación de haber estado encerrada durante diez años en una casa, sin recibir información del mundo exterior, más allá de la que tuve de chica, y con un único vínculo, que es el de mis secuestradores.

Pasando a 100 días para enamorarse, tu personaje conlleva un desafío actoral pero también social…

¡Totalmente! Porque es un tema no abordado. Juani tiene muy definida su orientación sexual, pero está teniendo una duda con su identidad de género y se siente en un cuerpo equivocado. Esto se suma a la incomodidad que vive en la escuela, porque, lamentablemente, en cualquier colegio hay discriminación con muchas cuestiones. Juani es una persona media callada y le cuesta mirar a los ojos, se siente observada como una mujer y ella no lo es.

Asimismo, las dificultades de comunicárselo a su entorno…

Eso se va a reflejar en la serie, cómo lo padres piensan que está todo bien con sus hijos y no ven lo que los jóvenes están sufriendo o las incomodidades que están teniendo en el colegio o en su contexto social. Además, se va a visualizar mucho con el abuelo de Juani, que no va a entender esta duda desde el principio. Hasta pienso en mi propio abuelo que, cuando le comunique que iba a hacer un personaje así, no le gustó para nada por los prejuicios que él tiene. Es muy difícil que pueda cambiar su mentalidad y aceptar, porque tuvo una infancia y una adultez con una enseñanza distinta a la que tenemos nosotros hoy.

¿Te imaginabas la amplia resonancia que hay en las redes sociales?

En un comienzo, sabíamos que iba a tener repercusión, porque ninguna tira diaria trató un tema así y se abordó en muy pocas películas. Hay chicos transexuales que me escriben y se ponen contentos porque se está tratando este tema. Es importante que se afronte con seriedad, de hecho, en la telenovela, los guionistas están siempre en contacto con la organización Familias Diversas y con Lautaro Giménez, un chico trans que después va a aparecer en la ficción.

¿Qué sentís al formar parte de historias que implican un compromiso social?

Me interesa interpretar personajes que sirvan para la sociedad. Lo mismo pasó cuando personifiqué a una chica autista en la novela El elegido, donde me llegaban muchos comentarios. Noto la necesidad de estos personajes porque son muchas las respuestas que se reciben, más allá del protagonismo que tengan en la historia. Los actores y las actrices estamos para hacer un poco más visibles algunas cuestiones que no se muestran.