Delmira Cao: “Me emocionó mucho saber que estaba en las Islas”
La madre del maestro y soldado caído en batalla Julio Cao abrió las puertas de su casa para relatar cómo era su hijo, su labor como profesor, la lucha por los derechos de los veteranos y su reacción ante la noticia de la confirmación de la identificación de los restos que yacían como NN en el cementerio Darwin, en las Islas Malvinas.
Con la fortaleza y la dulzura que la caracteriza, Delmira Cao, madre del maestro y soldado caído en combate Julio Cao, abrió las puertas de su casa a El Digital, donde contó cuál fue su reacción ante la confirmación de la identificación de los restos de su hijo y la decisión familiar de dejar su tumba en las Islas.
La confirmación llegó desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Cao había nacido en Ramos Mejía, el 18 de enero de 1961. Fue docente en distintas escuelas del Distrito. En 1981, cumplió el servicio militar en el Regimiento de Infantería Motorizada III General Belgrano, de La Tablada. Luego, se alistó como voluntario y cayó en combate el 10 de junio de 1982.
En la intimidad de su hogar, en la localidad de Lomas del Mirador, Delmira relató: “Me emocionó mucho saber que estaba inhumado en las Islas porque tuvimos diferentes versiones durante 36 años. Él murió por el impacto de un proyectil en su espalda, según la versión que me dieron los militares en su momento”.
Con la notificación, la mamá de Cao pudo reencontrarse y localizar con exactitud la sepultura de su hijo. “Después de la guerra, adopté una de las cruces. A mí, siempre me dijeron que estaba al lado de la tumba del soldado Soria, pero está en otro sector. Ahora, pienso volver a las Islas para poder visitarlo”.
En cuanto al posible traslado de los restos, Delmira confirmó que sus hijas y ella firmaron un documento para que su sepultura continúe en el cementerio Darwin. “Sufrí mucho durante todos estos años ya que perdí dos hijos, uno en la guerra y otro por el VIH. La causa Malvinas se hizo carne en mí y me hizo bien hacer el duelo junto a los veteranos, porque siento que Julio está con ellos. Los excombatientes me demostraron su cariño y aprecio. Yo me siento tranquila con esta noticia”, aseguró.
“Si Julio estuviese conmigo, yo estaría muy feliz porque hubiera podido criar a su hija, Julia. Fue muy solidario y entregado a los demás, enseñaba por vocación, porque le gustaba ser maestro. Él amó mucho a la Patria y se sintió comprometido a pesar de no haber sido citado para ir a enfrentar a los ingleses”, contó.
El maestro y soldado que fue ejemplo
Delmira explicó que, con el comienzo de la guerra, Julio no fue convocado a participar. Sin embargo, decidió enrolarse, viajar al sur para volver y “contar la verdadera historia de Malvinas”. “Nosotros nos oponíamos a que fuera, pero él me dijo: Mamá, cómo le voy a contar a mis alumnos sobre San Martín o Belgrano, si el maestro se esconde debajo de la cama”, mencionó.
“Julio era una persona muy entregada a los demás, desde chico; le gustaba estudiar Italiano, porque consideraba que era el idioma más dulce. Iba mucho a la iglesia y a las villas porque enseñaba allí antes de entrar como profesor en las escuelas. Era muy humilde y tenía mucha personalidad. Además, daba la copa de leche a los nenes”, describió la madre de Cao.
Una vez en las Islas, hasta último momento, el maestro y soldado nunca perdió contacto son sus seres queridos. “Cuando se fue a combatir, nos mandaba cartas tanto para sus alumnos como para nosotros. Cuando supimos sobre su muerte, lloramos mucho. Mi marido nunca pudo superar la pérdida y yo me uní a los veteranos para luchar con ellos, porque estuvieron desamparados”, indicó.