Alertan por el mal estado del Paroissien: “Podemos tener más víctimas”
La titular de APUDIPA, Valería Bonetto, reveló que, en todo el nosocomio hay tuberías en mal estado que cuelgan de los techos. Además, alertó sobre otros peligros: “Hemos tenido paredes electrificadas, rotura de techo, falta de luz y agua y desborde cloacal”.
Ayer, una enfermera del hospital Paroissien, en Isidro Casanova, sufrió una fractura expuesta con aplastamiento de su pie izquierdo tras ser embestida por un caño metálico de gran porte. A raíz del accidente, que da cuenta del estado de deterioro del nosocomio matancero, la titular de la Asociación de Profesionales Universitarios (APUDIPA), Valeria Bonetto, exigió a las autoridades provinciales el arreglo de todas las instalaciones para evitar “una nueva tragedia”.
“En cada rincón del hospital hay caños sostenidos con grampas y eso es un peligro latente, si no lo solucionan puede volver a suceder y podemos lamentar víctimas”, alertó Bonetto, al tiempo que enumeró otras falencias edilicias: “Hemos tenido paredes electrificadas, rotura de techo, falta de luz y agua y desborde cloacal”.
Al aire del Día de mañana que se emite de lunes a viernes por Radio Universidad, la sindicalista pidió mayor inversión en el presupuesto de salud pública y que realicen una auditoria integral en el hospital: “Queremos que solucionen todo y que no lo aten con alambre”.
“Está todo el hospital en mal estado, son muchos años de abandono. Necesitamos que haya dinero para la infraestructura, para todas las instalaciones y la aparatología”, insistió.
Crónica de un final anunciado
Según médicos y pacientes, hace años el hospital Paroissien sufre la desidia estatal, el abandono y la falta de inversión. Por ello, las múltiples lesiones sufridas por Silvia, la enfermera a la que se le cayó un caño metálico sobre su pie izquierdo, habla de un final anunciado que casi termina en muerte.
Fue tal el estruendo que provocó la rotura del caño de agua, que muchos empleados de mantenimiento barajaron la posibilidad de un atentado: “Pensamos que explotó una bomba”. Sin embargo, esa hipótesis fue descartada cuando recordaron las pésimas condiciones en las que deben trabajar.
De hecho, ayer, mientras transcurría el segundo día del paro en los hospitales bonaerenses, el nosocomio debió cerrar sus puertas a raíz de la falta de luz y agua. “No solo tuvimos que trasladar a la enfermera a otro hospital porque acá no podíamos operarla, sino que, también, se derivaron pacientes quirúrgicos y de pediatría al hospital Simplemente Evita y al Balestrini”.