Al enfriarse el consumo, alquilar un local en Arieta Peatonal cuesta más caro
El alquiler mensual oscila entre los 45 mil y 50 mil pesos. En tanto, las llaves son bastantes elevadas; su valor varía entre de los 30 mil a 50 mil pesos y, en algunos casos, los propietarios se exigen su importe en dólares.
En diálogo con el programa El día de mañana, que se emite por Radio Universidad, uno de los martilleros públicos de Zoya Inmobiliaria, Diego, sostuvo que, por la recesión, cada vez cuesta más cerrar un contrato de alquiler comercial de los locales concentrados en las cuatro cuadras de Arieta peatonal.
De acuerdo al agente de la inmobiliaria situada en Almafuerte 3.535 de San Justo, Arieta sigue siendo la preferida para encarar una actividad comercial en el Centro San Justo. El consumidor elige los locales para comprar y por eso es la calle más solicitada en el ámbito mercantil; lo que impulsa más su valor. Sin embargo, al “enfriarse el consumo, se dificulta el alquiler de los locales”.
En ese sentido analizó: “Hay varios comercios vacios. Actualmente, tener un local cerrado en la calle Arieta representa una fortuna para el propietario. Los gastos de mantenimiento son siderales. Conviene alquilarlo a menor precio o, incluso, darlo un años gratis y así tener ganancias los próximos dos años venideros”.
Los costos de alquiler de un local en Arieta Peatonal
El importe de locación por mes varía entre los 45 y 50 mil pesos y el depósito equivale a una mensualidad. El tanto, el valor de las llaves -que a diferencia del último ítem no se devuelve- oscilan entre de 30 a 50 mil pesos y en algunos casos los propietarios se exige su importe en dólares.
Tras reconocer que el sector está atravesando un momento de recesión, Diego consideró que, ante la diferencia generada entre la oferta y la demanda “el mercado inmobiliario se va a tener que ir amoldando a la nueva realidad económica” para alcanzar una reactivación, ya que la perdida que genera a los propietarios es muy importante.
Recuerdo de otras décadas
Para el martillero público, los últimos doce años, la gente consumía mucho en el centro comercial a cielo abierto de San Justo. Venia un público importante de trabajadores, especialmente de La Tablada, cuando terminaban la jornada laboral. Al respecto recordó: “Los viernes, los empleados salían de las fábrica y vaciaban los locales con sus compras”.
Asimismo, evocó: “Los carteles de alquileres permanecían pocos días en los comercios vacios. A la semana de su colocación, generalmente- ya había un interesado dispuesto a celebrar el contrato de locación. Y agregó: “El consumo se mantenía de manera constante, especialmente, los fines de semana”.